Wednesday, August 14, 2019

Sobre la amistad, la reproducción y los tíos ausentes

A Vanessa, Luis, Hamal, Carmen y demás amigos de quienes aún no conozco sus crías.

“Yo soy tu tío” aún nos dicen a mis hermanos y a mí señores mayores de los cuales no tenemos registros en la vida familiar. Extraña práctica que nos llevaba a rechazar a la persona con suspicacia, porque en principio los tíos son cercanos o no lo son, es decir este hombre bien puede ser un conocido de los viejos pero tío no lo llamaré.

Ahora que muchos de mis amigos empiezan a tener hijos y no logro sacar el tiempo para visitarlos y darles seguimiento a todos, ya sea por el trabajo, los tapones, el hecho de que se reproducen como conejos u otros compromisos sociales… comprendo a aquellos viejos amigos de mis padres y observo el potencial que tengo de convertirme en ese sospechoso personaje.

Pues resulta que como dice el escritor argentino Alejandro Dolina «Sucede que en cierto momento de la vida uno descubre que está rodeado de extraños: compañeros de trabajo, clientes, acreedores, vecinos y cuñados. Los amigos de verdad están lejos, probablemente encerrados en círculos parecidos. Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas.» 

No obstante, estar atrapados en distintos círculos no reduce el afecto por los amigos. Aquí se hace válido citar al maestro Jorge Luis Borges, por aquello que decía de que a diferencia de lo que sucede con el amor “la amistad puede prescindir de la frecuencia”. Basta con la memoria, cierta química y encuentros esporádicos para que la amistad se prolongue y mantenga. 

Y cuando un amigo decide multiplicarse, se hace imposible limitarle el afecto al resultado de su multiplicación. Es así como haciendo introspección décadas después, ya no encuentro de entrada extrañeza ni sospecho dolo en esos mayores que nos reclamaban la categoría de “tíos”, y tocará asumirlos como siempre lo ha hecho mi hermana mayor sin obstáculos. 

Por lo que a mis sobrinos que recién nacen, aún si no los veo por un tiempo prolongado, aún si no hay regalos como dicta el calendario anual de consumo, sepan que para las cosas importantes se puede contar con esos tíos, que andan por ahí reclamando una categoría afectiva simplemente por el hecho de que, al igual que ustedes, quieren mucho a sus padres.

Urge legalizar el cáñamo del cannabis sativa, no la marihuana

A finales del año 2018 la mayoría de los republicanos y demócratas en el Congreso de los Estados Unidos se pusieron de acuerdo en algo, y fue en votar a favor de legalizar la producción industrial del Hemp en ese país (cáñamo de cannabis sativa). Posteriormente el Presidente Donald Trump promulgaría la ley contentiva de esta legalización.

El cáñamo del cannabis sativa no es lo que se conoce como marihuana, ya que el tetrahidrocannabinol (THC), que es el agente psicoactivo que produce efectos psicotrópicos en la marihuana, está reducido a un 0.3% a la hora de cosechar el cáñamo. Y lo que es mejor para cualquier ferviente opositor a la legalización de las drogas según explica el director de VoteHemp.org Eric Steenstra, “si el polen del cáñamo se llegara a mezclar con el de la planta femenina que cultivan para la marihuana, causaría que la semilla pierda su potencia… Por lo que, quienes cultivan marihuana en EEUU no quieren cáñamo justo al lado de su siembra”.

Hasta este momento la siempre y cosecha del Hemp estaba prohibido dentro de los EEUU, razón por la cual las empresas que utilizaban este producto dependían de importaciones de China, Francia o Canadá, donde la prohibición era inexistente.

Pero para qué se utiliza este planta? Sus utilidades han sido variadas a través de la historia. Entre ellas se establece que la propia constitución de EEUU fue escrita con papel derivado de esta planta, lo cual no sorprendería ya que el propio George Washington cultivaba hemp. Posteriormente, en la Segunda Guerra Mundial, EEUU usó el cáñamo para hacer sogas.

En la actualidad su uso sigue siendo variado, desde productos alimenticios, ropa, jabones y debido a su fortaleza (Algunos establecen que el Hemp es más resistente que productos como el acero) ha sido usado hasta para hacer automóviles.

Y aunque es mayor el trabajo y la intensidad de la cosecha, cultivarlo es buen negocio. En la actualidad, dice Streenstra, que comparado con un acre de maíz o trigo la productividad del cáñamo rinde mayores frutos económicos en EEUU. Este cultivo presenta como beneficios que debido a su fortaleza no requiere pesticidas, así como que no necesita tanta agua como el arroz para ser cosechado.

Al igual que sucedía en Estados Unidos, en nuestro país el artículo 21 de la ley 2050-88 aún prohíbe todo tipo de plantas relacionadas al cannabis porque la considera como “estupefacientes y sustancias controladas”. Un inversionista recientemente me citó que tenía la idea y el capital para desarrollar en nuestro país un proyecto de exportación de Hemp a EEUU, pero que entre las barreras se encontraba esta del obstáculo legal.

Es preciso destacar que la nueva Farm Bill de los EEUU no libera totalmente el cultivo del cáñamo. Se establece un mecanismo para su cultivo industrial que requiere de autorización y regulación para verificar que el mismo sea conforme a la ley y su THC menor de 0.3%.

Considerando las ventajas de nuestro país para producir, como el acceso a mercados de libre comercio, la posición geográfica y la mano de obra barata; urge que el Congreso reconsidere la prohibición existente del Cáñamo para fines industriales, ya que va en detrimento de nuestro comercio y capacidad exportadora.

Tuesday, August 13, 2019

De cuando demandé a una aerolínea en Francia y gané

“No puede haber democracia diaria, sin ciudadanía diaria” R.N.

Uno de mis héroes es el activista estadounidense Ralph Nader. Un abogado que ha dedicado su vida a servir a la ciudadanía, principalmente a través de mejorar los derechos del consumidor.

Gracias a él disfrutamos de un buen número de leyes e instituciones (tanto los estadounidenses como gran parte de la humanidad) iniciando por los airbags y los cinturones de seguridad. Una de las razones es por su voluntad a reivindicar derechos, a fijar posición y a obligar al sistema para que este trabaje para la ciudadanía. 

En julio de 2017, yo tenía boleto de regreso a Santo Domingo vía el aeropuerto de Orly en París. Por razones que no vienen al caso, un tráfico especial ese día o simplemente mi culpa (como se encargaría de recordarme el testarudo amigo Chan que viajaba conmigo), llegamos faltando una hora para el despegue del avión. Corriendo nos informan que el Check-in (Registro) del vuelo estaba cerrado, que cerraba una hora y media antes.

En servicio al cliente de la empresa tratamos de forzarlo, pero nos informaron que había que estar dos horas antes en vuelos transoceánicos. A diferencia de vuelos internos de Europa que era 1 hora... ¿Dónde dice eso? En su ticket fue la respuesta del representante, pero ahí no encontramos nada.

Estábamos dispuestos a viajar solo con maleta de mano evitando complicar el check-in, pero no hubo diálogo posible con el representante de la aerolínea, que a su juicio tenía una fila con peores problemas que una tardanza. Al otro día nos enteramos que el avión se retrasaría dos horas, por lo que el tiempo hubiese sobrado para hacer migración y llegar a la puerta de embarque.

Tuvimos que comprar otro vuelo para el día siguiente y solo recuerdo los posteriores lamentos del Chan, que por ese dinero gastado nunca iba a poder comprar su casita. Una vez llegué a Santo Domingo via Haití, mantuve el sentimiento de agravio. ¿Cómo pueden exigirle a alguien llegar a una determinada hora sin comunicárselo? ¿Y si mañana deciden que no son dos, sino tres horas o cuatro para el check-in? 

Decidí buscar abogados. Encontré una empresa Flightright en internet que llevaban este tipo de caso por un cuota litis (es decir si el caso se ganaba, ellos ganaban). Primero hacían una evaluación para saber si el caso tenía mérito. Se lo comenté a un escéptico Chan que les escribió páginas de lo sucedido. Yo hubiese querido copiar su relato, pero no me había avisado cuando lo envió, así que tuve que desarrollar en pocas oraciones el mío. A él se lo rechazaron, a mí quizás por abogado, me pidieron contar más.

Les gustó el caso. Así que apoderé a los abogados que trataron de contactar la aerolínea sin suerte. Por lo que ahora tocaban los tribunales de Francia, la demanda se la había comentado a muy pocas personas, por la tendencia a resignarse o azarar que tienen muchos. Pero dicho misterio se vio revelado un buen día que me enviaron una citación a audiencia ante el “Tribunal D’Instance Service Civil Place Marcel Cachin”. Con tan mala suerte que la recibió el otro Tony Raful, mi padre, quien al comentarlo recibió reprimendas de la familia por andar peleando en Europa. Nadie le creía su “No fui yo!” así que tuve que intervenir a aclarar algunas cosas. 

El caso es que la semana pasada llegó la sentencia favorable. En el juicio, la aerolínea presentó como “prueba de mi falta” una recomendación de su página web (no el boleto) que pide presentarse de 4 a 6 horas antes en el aeropuerto, pedían condenarme a 500 euros por las costas.

El Tribunal francés en una brevísima sentencia de 6 páginas, consideró injustificada la negación de mi embarque, ya que la aerolínea no aportó pruebas de que me haya informado de manera directa mis obligaciones. Estableció que esta “se habría realizado de manera válida si, como otras aerolíneas, esta indicación apareciera en el documento de reserva que recapitula las características del vuelo adquirido”.

Es así como la empresa Air Caraibes fue condenada a pagarme 600 euros en aplicación del Reglamento Europeo 261-2014. Este monto es más simbólico que beneficioso, ya que es similar al que me costó el pasaje de reposición, y tendríamos que restarle el 25% del cuota litis, y la promesa de dividirme lo ganado con Chan como aporte para su casita. 

Es decir no es mucho, pero quizás lo suficiente para que la empresa corrija esa situación informando debidamente al consumidor. Además de que queda ese agradable sabor de victoria moral e internacional en mi primera demanda como afectado. Y claro el intento fructífero de replicar el ejemplo de uno de mis héroes haciendo valer mis derechos y de paso el de todos.

El Récord Guinness y los logros que nadie quiere


Image result for carlos silver guinness¿De qué me sirve como dominicano un Récord Guinness? ¿Ante quien podemos pavonearnos de tener un récord que nadie o casi nadie ha querido en su vida? ¿Atrae prensa mundial o turismo?... ¿O será simplemente un viaje del ego, de 15 minutos de fama de otro que arriesgó su vida por querer ser reconocido y querido?


Recuerdo en mi adolescencia la celebrada figura del nadador dominicano Marcos Díaz, hoy viceministro de deportes. Lo conocí impartiendo una charla de esas de coaching a mi grupo en el colegio. Tenía muy buena prensa. Los medios lo reseñaban como el gran nadador mundial. 

Desde esos tiempos mi problema con su figura era que no entendía contra quien competía; ¿Cuantas personas habían tratado de hacer lo que él hacía? ¿A quién le importaba lo suficiente para llevar esas estadísticas? ¿Cuantos querían ser el mejor nadador en esas distancias exageradas que él elegía? Porque a mi juicio para exceder en una disciplina necesitabas el desafío de los mejores atletas y eso lo atraía la popularidad de la competición.

A pesar de que hoy puedo reconocer que todo logro requiere esfuerzos, mi juventud no me permitía celebrar un dominicano como Marcos Díaz, porque quería un Michael Phelps. Uno de medallas en el pecho, que competía contra los mejores del mundo en una disciplina de natación admirada. Porque al final la verdadera hazaña deportiva no se encuentra solo en el esfuerzo, sino en el esfuerzo competido que nos hace sobresalir.

Y aquí entramos entonces al caso de los Récord Guinness y la República Dominicana. En 2012, el Ministerio de la Juventud apadrinó unos jóvenes para que leyeran por 42 días consecutivos y figuraran en el Récord Guinness, convirtiéndonos en "la nación del mundo que más tiempo ha durado leyendo continuamente y en voz alta". La acción se promocionó como una acción cultural, que era parte del rescate de la literatura, por la cual el mundo iba a ver que éramos “el país más lector del mundo”.

De nada sirvió. 

Porque son espectáculos, y la publicidad de valores o patriótica que acompaña estos espectáculos mueren con ella, son igual de obsoletas. Nadie con discernimiento cree que el nado de Marcos Díaz sirvió para fomentar los Objetivos Mundiales del Milenio, ni que esos 42 días hayan servido para mejorar nuestros índices de lectura, mucho menos que Carlos Silver fomente el canto o el patriotismo. Son viajes del ego, en ocasiones con fines comerciales o políticos.

Carlos Silver ha sido el caso más reciente. Un artista dominicano poco conocido hasta que inició su búsqueda por el récord Guinness, lamentablemente no lo logró, pero su ejemplo queda para evaluar este tipo de hazañas. Y es que aún si Silver hubiese alcanzado dicho récord, es cuestionable la magnitud del logro debido a la falta de importancia y rigurosidad de la misma. El canto exige tonos y melodías, pero ¿puede una persona mantener por decenas de horas una fortaleza vocal determinada? O llegado un momento la voz falla (como le pasó a Silver) y el propósito termina siendo cantar por cantar como salga, aún si el resultado deviene en ruido, cosa que cualquier mediocre en canto con capacidad de aguante podría intentarlo, por lo que cabría preguntarnos ¿Qué tanto puede este récord ser celebrado?

De pequeño hojeaba el libro Guinness, y entre las cosas que más me impactaron fue ver la foto del hombre con las uñas más largas del mundo, y viendo el caso de Silver me pregunto hoy ¿me habría dado orgullo este hombre si hubiese sido dominicano? Su capacidad de mantenerlas creciendo, de poder hacer su labores cotidianas, de vivir entre críticas de la sociedad eran realmente impresionante, ¿pero era esa el tipo de proeza individual que quisiera ver replicada en mi sociedad?, obviamente que no.

Cierto es que en el país tenemos al menos un Récord Guinness plausible de promocionarse, el Mojito más grande del mundo. Y lo entiendo así porque el mismo conlleva un valor noticioso, entretenido y turístico. ¿Pero podemos realmente insuflar el pecho y desempolvar la bandera ante este u otro logro cuando casi nadie ha competido por ello? 

Carlos Silver es el caso más reciente de una persona dispuesta a sacrificar su salud por la fama, por el espectáculo. Ya ha anunciado que lo intentará una tercera vez. Pero si su interés real yace en el canto, debe aprovechar toda su popularidad efímera y enfrentarse en el terreno del artista, preparar un disco con algo de rigurosidad y para un público que entre toda la música existente, lo elija más allá de su travesía. Porque la realidad es que una gran parte del Récord Guinness carece de competencia no precisamente por lo genial o descomunal de su hazaña, sino por lo ridícula que puede resultar en ocasiones la misma.

Friday, April 5, 2019

¿Y si el voto electrónico nos resulta peor que el de papel?

“El problema con los sistemas de votación asistidos por computadoras es que centralizan la oportunidad de hacer fraudes” Gary L. Greenhalg

Sin ánimos de contrariar la posible idea de progreso en la Junta Central Electoral, no logro entender la necesidad de apostar de inmediato a un nuevo sistema de votación en el país, en especial de manera generalizada.

Tres mil técnicos desaparecidos fue la excusa para la falla de los scanners en el 2016, una apuesta que el día de las elecciones reveló el nivel de improvisación y monstruosidad que existió en ella. ¿Por qué entonces después de haber gastado tanto dinero en esos scanners (que aún cuestan millones de pesos mensuales almacenar) nos arriesgaríamos a otra aventura en un país con recursos limitados? La respuesta más puntual sería hacer más eficiente y transparente las votaciones, pero existen razones para preocuparse.

Se le llama voto electrónico en su acepción amplia al uso de la tecnología al momento de votar, almacenar y transferir por una red la selección política de los ciudadanos en los colegios electorales, este sistema así como tiene fortalezas también conlleva debilidades y riesgos. “En algunos casos, los fallos pueden originarse del escarceo de recursos y la dependencia excesiva de los gobiernos en el sector privado debido a la falta de experiencia en el área de tecnología” (Hapsara, Imran, Turner, 2017).
  
Es decir, en el momento en que la JCE debido a sus limitaciones técnicas (en materia de máquinas, software, expertos…) contratan una empresa para ser auxiliados, dependen de esta, externalizando la responsabilidad del conteo y en el peor de los casos la posibilidad de un fraude. Y dependiendo de cómo sea la instalación de dicho sistema, el cambio puede generar una concentración peligrosa de datos digitales que no existe en la modalidad del papel.

En este sentido, cabe destacar que la democracia valora que el voto sea secreto, que la elección se realice en libertad y que su resultado sea registrado. En principio, el voto electrónico no debería arriesgar ninguno de estos valores, sin embargo la aplicación de este tipo de tecnología ha levantado con el tiempo preocupaciones en relación a:

1.    Identificar el voto hecho por el ciudadano

El 17 de mayo de 2013, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que las razones del apretado resultado en las recientes elecciones de ese país se debieron a 900.000 electores, los cuales ya estaban identificados “con Cédula de Identidad y todo... ". A pesar de no tener certeza de cómo fueron identificados estos votantes por Maduro, la declaración llevó a algunos a cuestionar el sistema electrónicomediante el cual habían votado.

Esto debido a que una vez se registra un ciudadano con su cédula en un sistema digital y vota, es muy fácil para un sistema corrompido vincular ambos datos y suministrarlos a un tercero habilidoso. Comprometiendo así el secreto del voto y provocando una reducción en la libertad de ejercer el mismo. En la actualidad mediante el voto en papel, no hay forma de distinguir por quién se tiró un voto en la urna, pues todos los votos se confunden una vez introducidos.

Por eso se hace preciso, que la máquina a utilizar no registre datos individualizados, ni el orden ni la hora de cómo han sido echados los votos, así como que no esté conectada a una red de acceso u otro equipo remoto o local para que la información no sea vinculable.

2. Las auditorías a las máquinas

Pero ¿Y si la máquina no registra mi voto adecuadamente? ¿O si me dice que se registró bien y luego envía otro dato? Se dirá que para eso están las auditorías, no obstante para inspeccionar un software es probable que se necesite otro software, en el cual a su vez hay que depositar la confianza, la cual se limita más si este resulta ser privado y no de datos abiertos.

En este sentido, es oportuno recordar que por cada partido político y su equipo técnico verificando estos softwares, existen decenas de hackers/crackers/piratas cibernéticos dispuestos a penetrar y corromperlos por dinero o ideología, dentro y fuera del país y las instituciones. Y aun si tenemos certeza de que la máquina está registrando y enviando todo de conformidad antes de las elecciones, la alteración puede ser realizada después de la auditoría, en cualquier etapa del proceso.

 3. La impresión como soporte

Por eso algunos partidos han pedido un sistema de impresión o papel, mediante el cual cada máquina tenga su soporte físico. Este soporte no debería ser codificado, debería esclarecer igual que si fuese una boleta física el resultado de elección del votante, donde este luego de haber confirmado, proceda a verificarlo y depositarlo en una urna.

Sin embargo, ¿En qué ocasiones contará la mesa electoral los votos manualmente una vez lo ha hecho la máquina?  ¿Se hará dicho conteo después de los resultados electrónicos? Parecería un doble trabajo (ni hablar del doble gasto) que cualquiera que ha experimentado el tiempo y el cansancio en una mesa electoral le podrá decir que no será realizado para todos los niveles.

Y no puede faltar la pregunta que todo el mundo que ha enviado algo a imprimir conoce ¿Qué sucederá si la impresora se atasca o deja de imprimir? O ¿Si los oficiales de la mesa tiran a la basura los resultados impresos? ¿Será el dato electrónico predominante? Todos estos escenarios se han dado en otras latitudes.

4. La necesidad de un protocolo

Por eso la necesidad de un protocolo que aclare dudas. Todo actor político, autoridad electoral y ciudadano debe preguntarse ¿Qué pasará si las máquinas empiezan a fallar por todo el país y no hay alternativa electrónica inmediata? ¿Si la empresa que suministra falla en proporcionar las máquinas o en verificar el software a tiempo? (como ha pasado en algunas partes de EEUU) ¿Tendremos disponibles boletas impresas en todos los colegios electorales para todas las situaciones?

En el caso de las elecciones 2016, fue tanta la confianza que se le dio a la situación de los scanners, que existieron mesas que no sabían hacer actas manuales, porque el nivel de información recibida y la tozudez para usar los scanners devino en ceguera a la hora de instruir.

El nivel de profundidad que debe tener un protocolo de voto electrónico para contemplar todas las situaciones posibles no se alcanza de un momento a otro. ¿Y si falla la energía eléctrica? ¿O un alto voltaje daña las máquinas? ¿Si la máquina se sobrecalienta? ¿Si una persona destruye el monitor? ¿Si se freeza? ¿Y si un ciudadano introduce un dispositivo en la máquina mientras se encuentra sólo con un virus que altere los resultados? ¿Se podrá entonces impugnar patrones de votación dudosos? ¿Dónde se guardarán todas estas máquinas? ¿Cómo será la logística de almacenarlas e instalarla para las elecciones? ¿Las tendrán los presidentes de mesa en sus casas el día antes? ¿Podrán manipularlas? ¿Cómo los delegados sin conocimientos en tecnología en todo el país podrán verificar que “la urna digital está realmente vacía”? ¿Que la urna digital no multiplica los votos de algún candidato después de un cierto número votantes? A mayor cantidad y complejidad de procesos invisibles menor fiscalización. 

Imaginen ahora aplicar todo esto simultáneamente en los 16,070 colegios electorales habilitados.  

En la actualidad el sistema que opera en el país es caótico, sobre todo a la hora de contar los votos y registrar las actas. Sin embargo, ese mismo caos produce que haya que tener una estructura muy grande dedicada a sabotear unas elecciones, la cual ha de ser muy costosa, pública y desordenada. En el caso electrónico, bien puede hacerse eficiente y ordenado un fraude con sólo una persona a distancia. Y el esfuerzo tecnológico para modificar un voto es el mismo que para modificar miles, sin que nadie sea visto.

Aun así algunas recomendaciones que podría hacer de proceder con esta nueva apuesta a toda costa sería:  

a)      No realizar auditorías sobre una muestra pequeña de las máquinas sino sobre la totalidad. Asimismo, no realizar auditorías sobre un número limitado de votos. Las mismas deben realizarse completas como el día de las elecciones, debido a que puede existir fallas o una programación corrupta que empiece a registrarse a partir de 50, 100 votos emitidos.      
b)      Que el registro a cada votante sea realizado de manera independiente  y manual en la mesa, nada de registros en la computadora con la cédula, para proteger el secreto del voto y evitar ser vinculado.
c)       Que la máquina esté aislada en la votación y no sea utilizada para transferir datos, sin conexión a la red y sin registro de horas ni orden, debido a que esto genera mayor riesgo.
d)      Que una vez terminado el proceso, el ciudadano pueda verificar su voto con una impresión de la máquina y echarlo en una urna tradicional.
e)      Que se proceda a imprimir el acta de voto electrónico, dar lectura y firma entre los miembros del colegio.
f)       Que en otro dispositivo distinto se proceda a enviar el acta firmada a la JCE.

Y es que aun si usted confía en todos los jueces de la JCE, la edad promedio entre sus cinco miembros es de 68 años, y al no tener un ‘expertise’ técnico en el tema, la confianza de ellos es delegada a su vez en otros técnicos, otras empresas, cuyas promesas instruidas tampoco son fiables considerando el interés en juego y el avance de la tecnología y los piratas digitales.
Finalmente, si me preguntaran, creo que la JCE debe iniciar por un programa piloto sólo en algunas provincias y colegios electorales específicos, en los cuales se tenga capacidad técnica de sobra para acudir a las elecciones y limitar la ocurrencia de estos riesgos. Porque en definitiva, no se puede partir de la confianza en este tipo de procesos, sino de la duda.

Thursday, February 7, 2019

Tueska, Hoepelman y su conjura contra las leyes de violencia de género


“Esclavitud profesional” llamó George Michael a su contrato con la empresa Sony Music en los años 90, ya que según el artista le dejaba poco control sobre su trabajo y su carrera. Tras una larga batalla contra la empresa, Michael terminaría derrotado en los tribunales. La industria musical tiende a velar por sus relaciones comerciales como cualquier otro negocio lucrativo, con poca consideración por el ser humano.

En años recientes, en el plano local fue objeto de mucho seguimiento público el contrato de representación artística del salsero David Kada. El artista no pudo siquiera utilizar por años el nombre que lo hizo famoso, por el mismo encontrarse registrado a la empresa de su ex manejador. También es conocido en nuestra historia musical los problemas enfrentados por la cantante Maridalia Hernández con su disquera décadas atrás.  

Por consiguiente, es fácil reconocer que las diferencias y tensiones siempre han existido entre el mundo artístico y el corporativo. Agreguémosle a eso las complicaciones de un divorcio, y nos podremos acercar más al conflictivo caso de la especie.  

Dos años han pasado desde que la merenguera Tueska se separara de su exesposo y manejador Evelio Herrera. En este período la cantante ha exhibido una vida de lujo junta a su nueva y polémica pareja. Poco o nada han mostrado las engañosas redes sociales de animosidad o penurias, sino todo lo contrario, dificultando el papel a desempeñar en esta semana de víctima intrafamiliar, a raíz de una denuncia interpuesta a su exesposo.

Luego de su separación y conflictos en tribunales con su exesposa, Evelio Herrera ha dejado claro que “Si hay alguien que quiera invertirle, que me devuelva mi dinero”, reduciendo el problema a uno de interés económico y financiero más que de amor u odio para Tueska. Este tipo de declaración podría convertirlo en una persona desalmada, poco caballerosa y hasta fría, pero no es suficiente para tipificarlo como agresor.

Por su parte, Tueska alega haber enfrentado agresiones psicológicas en sus redes sociales, “que aunque no dejen marcas visibles si dejan cicatrices emocionales, espirituales, te quebrantan, dañan la armonía familiar… te hieren profundamente”. Un concepto tan etéreo que puede ser aplicado para cualquier ruptura amorosa o pérdida de un ser querido.

Según los medios, el expediente que reposa en la Fiscalía se desarrolla diciendo que “Herrera se mantuvo asediándola e insultándola desde febrero del 2018, tanto personalmente como vía telefónica, y en las redes sociales de una manera subliminal”. Todo lo que sería descartado por la jueza debido a ausencia de pruebas.

De igual forma, en la solicitud de medida coerción se señala que en el año 2013, bajo manipulación, Evelio hizo que esta firmara un contrato “leonino y abusivo” hasta el 2023. Por lo que, sería oportuno que la artista aclarase si el matrimonio que contrajeron el año siguiente, en 2014, también fue firmado bajo dicha manipulación.

Por su parte, el abogado Jose Hoepelman, representante de Tueska, establece que los “documentos restringen los derechos elementales de la señora Tueska a través de prohibir que ella trabaje”, creando violencia psicológica y estrés postraumático. Siguiendo esta lógica, es lamentable para otros artistas como George Michael o David Kada, no haber sostenido una relación con sus manejadores ya que sufrieron similares percances sin tener a cargo el recurso de la violencia de “género”.

Y he aquí uno de los principales riesgos de todo este espectáculo. Y es que el uso de la violencia de “género” y/o “intrafamiliar” no puede ser un instrumento más en el arsenal de lucha contra conflictos civiles o chantajes comerciales. Y si al Ministerio Público le importan las mujeres como alegan deben exigirle contundencia y pruebas, no relatos.

La coerción en este caso es la exageración más flagrante y vengativa, no hay indicios ni testimonios de violencia física, ¿qué buscaba entonces el Ministerio Público y el abogado Hoepelman al intentar reducir a este hombre?

Despojar a un hombre de su libertad por un conflicto civil y comercial es mezquino y desproporcionado. Hacerlo en el inicio de un fin de semana largo, demuestra una intención tan malvada que cualquier empatía hacia la supuesta víctima debe ser revocada, ya que lo que se perseguía era extender en el tiempo su prisión preventiva sin razón justificada.

Todo esto pone entredicho la lucha de género, ya que le pone una cara y una figura popular a la justificación que vendrá cuando un abuso real ocurra. Dirán “Mira el caso de Tueska, hay mujeres que hacen eso…”, y nuestras mujeres estarán más desprotegidas por el nivel de popularidad que ha alcanzado este caso.

Y aunque el fin del esquema pudo haber sido loable para algunos, es decir recuperar a toda costa su carrera musical, el mismo fue uno de matices individualista, el cual no tomó en cuenta pisotear y relajar el derecho de esas víctimas reales, de poner en riesgo sus vidas, de poner en entredicho sus testimonios y la credibilidad de los fiscales. Cosa la cual también el abogado Hoepelman debió saberlo antes de proceder a asesorarle por ese camino.

Y es que la credibilidad se gana en los actos y no en las poses, así como la confianza a través de la coherencia en el tiempo. Y ambas son muy susceptibles de ser rotas con acciones de esta calaña.

A propósito ¿Cómo puede un abogado defender a esa gente?


“Por mucho que nos hieran, a través de las historias de nuestros clientes aprendemos más y más que la vida es desordenada; Aprendemos a ver el gris donde otros ven en blanco y negro… Abren puertas para comprender no solo las humanidades de nuestros clientes, sino también las nuestras.” W.M.

A raíz del caso Emely Peguero, pude observar muchas personas atacar a la abogada de Marlin Martínez con un encono similar a si hubiese cometido el crimen. Esto parte de la idea de que alguien es bueno o malo dependiendo a quien defienda, y es estimulado por la furia que se promueve en las redes sociales eligiendo fragmentos aislados de su defensa.

En estos casos tan mediatizables y mediatizados, donde se impone una narrativa novelesca del bueno versus el malo, el rico contra el pobre, amor versus odio, la impunidad frente a la justicia… es difícil que cualquier persona permanezca impasible ante sus procesos y resultados. Razón por la cual ante una buena representación legal, se llegue a cuestionar la necesidad de que aquellos a quienes creemos criminales tengan defensa alguna.

En el año 2013, Abbe Smith editó en Estados Unidos el libro “Como puedes representar a esas personas?”, dedicándose a reunir testimonios de abogados que se han visto en el escenario de defender casos impopulares o a criminales. ¿Qué mueve a esos abogados a incursionar en estos ámbitos? (No todo era dinero puesto que muchos de ellos son defensores públicos asignados), sobre el particular hay varias respuestas posibles según la defensora Barbara Babcok cuenta en el libro, entre ellas:

–          La respuesta del constitucionalista que dice “Es un trabajo noble en el cual el derecho a la defensa es invocado… consagrando una justicia equitativa, igualitaria y exacta.”
–          La del egotista que dice “Es más interesante que la rutina repetitiva de otros abogados…”
–          La del probabilista que dice “Es mejor que diez culpables salgan libres que un inocente culpable…”
–          La del trabajador social que explica que “Aquellos acusados del crimen son justamente los representantes más visibles de una clase sin oportunidades en América, por lo que darles la justicia que merecen terminará en una acción beneficiosa para la comunidad reduciendo el enfado y la alienación.”
–          La respuesta del civilista libertario que dice “Aquellos acusados son la representación de todos. Cuando sus derechos son erosionados, la nariz del camello está bajo la carpa y le puede colapsar a cualquiera. Protegiendo los derechos de los criminales, nos protegemos nosotros mismos.”

Está también la respuesta del dinero, y otras más. Y aunque no sepamos las razones que llevaron a la abogada de este caso a defender a la acusada, quizás una muy oportuna de las citadas por Babcok es la que ella denomina la “Respuesta Recogedor de Basura”, que dice “Es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo. No podemos tener un sistema de adversarios funcionando sin partes en ambos lados. Un abogado de la defensa mantiene el sistema limpio empujando a la policía y a los fiscales a altos estándares”.

A pesar de no conocer aún la sentencia íntegra del caso de Emely, mucha de la repulsa por el dispositivo de la sentencia ha sido dirigida a los jueces, poco a los abogados privados o del Ministerio Público, nada al tratamiento de la Policía de la información. En estos casos, el papel de un buen abogado de defensa exige una eficiencia en estas instituciones a instrumentar un mejor expediente.

Por eso juzgar el devenir del caso sin conocer a profundidad, no solo las argumentaciones sino las pruebas disponibles, la vinculación a esas pruebas, las refutaciones… más allá de lo que diga un abogado de una parte por las redes sociales, puede ser errado. 

En ese sentido, sería oportuno evaluar no solo el desempeño de nuestras instituciones, sino la responsabilidad de los abogados, comunicadores y figuras públicas que en ocasiones promueven falsas expectativas, la repulsa social, el descreimiento de la justicia e incitan al desorden, con intereses diversos que pueden ir desde promover una candidatura o una aprobación de gestión, a buscar likes, colocar vallas o tentar el caos para fortalecer una política de oposición, cosas de las cuales debemos cuidarnos.                                         

Y es que los juicios pueden ser televisados, pero no necesariamente resultan material para las redes sociales, fragmentos de 30 segundos pueden excluir dimes y diretes, tensión y demás dinámicas propias de la vida misma… hoy por suerte le tocó ese trato a alguien culpable pero como diría el civil libertario, el trato de aquellos acusados es la representación de todos. Y aquí es válido reconsiderar el análisis del tribunal que al observar la doctrina, la jurisprudencia y el Código Penal, concluyeron que “Crear la complicidad de Marlín Martínez en base a los hechos que han sido probados al tribunal, constituiría el precedente más funesto para el derecho penal”.

Entiendo que por la connotación del caso y el dolor de muchas personas ninguna sentencia fuera de la pena de muerte (prohibida en el país) podría traer consuelo a la gente, pero como dice William Montross al referirse a ella: 

“La pena de muerte es cara; ha resultado en la muerte de personas inocentes; Es bárbaro y anacrónico; es racista y clasista; envía el mensaje equivocado a nuestros hijos; Nos estigmatiza ante los ojos del mundo. Promete falsamente la curación y el “cierre” a los miembros de la familia en duelo cuando no hay nada terapéutico en el proceso. Multiplica el dolor existente: cuando una hija pierde a un padre, una ejecución lo convierte en dos. Por lo demás, las personas buenas engañan y destruyen pruebas para asegurar una sentencia de muerte que avanza en sus carreras o asegura su reelección. Tan poderosa es su capacidad de pervertir que lleva a la gente a creer que su dios quiere la muerte y no la redención.”

A pesar de tratar someramente el juicio del momento, la finalidad de este escrito ha sido exponer que existen diversas razones para defender a un acusado de un crimen horrendo, y que es necesaria su defensa para el sostenimiento del sistema, más cuando se incluye elementos como la mediatización y la presión pública sobre los jueces a dar un dictamen más allá del caso y pruebas que se le presenten.

Este país no tiene dolientes


Así puede resumirse el sentimiento plasmado en toda la obra que el economista Félix Calvo ha titulado: “El Triple Colapso. La crisis de la Banca, de la Moneda y el Estado. 1998-2004”.

A pesar de ser un tema constantemente repasado bajo la manipulación de la política y el recuerdo sufrido de muchos dominicanos, el libro de Calvo, designado vicegobernador del Banco Central en el peor momento de la crisis, viene a arrojar luz sobre el tema de manera didáctica y técnica, que bien vale regresar a aquellos momentos.

1998 marca el año de inicio de la evaluación del libro. Sin embargo, bien pudo partir desde 1990 el autor cuando el gobierno de Joaquín Balaguer empieza a manejar tres cosas de manera poco transparente según el economista: 1) el Banco Central y sus déficits; 2) el financiamiento del sector público no financiero; y 3) las “sucesivas crisis bancarias, como la del entonces mayor banco privado del país BANCOMERCIO”.

En vez de ser corregidas en los años subsiguientes, similares prácticas se mantuvieron en el tiempo. Sin embargo, Calvo ha decidido iniciar nuestra experiencia como lectores en el año 1998, debido a un informe que hiciera ese año un reconocido economista español de nombre Aristóbulo de Juan al Banco Central. Aristóbulo cuyo nombre viene del griego y  significa “gran consejero”, vino al país a evaluar el sistema financiero nacional generando un informe con el cual se hacía merecedor de su nombre.

En este informe, luego de realizar unas pruebas de “estrés” a los bancos nacionales, De Juan concluye que la situación de riesgo de algunos de estos era tan alta, que de no ser reestructurados de manera operativa y financiera “se agravaría la falta de rentabilidad y el fuerte déficit de solvencia existentes hoy día, abocando a soluciones más costosas”. El Informe, que proyectaba la situación como una especie de “bomba de tiempo”, sería sepultado por las autoridades del Banco Central según el autor, quienes llegarían inclusive a esconderlo de sus sucesores, siendo facilitado entonces por el mismo Aristóbulo de Juan años después a través de su secretaria.

La sucesión de irresponsabilidades que provocan la crisis bancaria es bien dividida por etapas y renglones en el libro. Calvo revisita la situación macroeconómica pre-crisis del país a través de un documento del FMI, para aclarar que no se trató de un problema originado en el gobierno directamente, sino uno cuya responsabilidad principal se origina en los fraudes del sistema bancario privado, diciendo que:

“Este documento (FMI) muestra que los indicadores macroeconómicos estaban bajo control: crecimiento del PIB en las condiciones del choque externo…, la relación deuda pública/ PIB bastante baja, los resultados de la cuenta corriente de la balanza de pagos mejorando con una disminución del déficit de dicha cuenta corriente, mientras se registra un aumento de las reservas internacionales del país por los flujos netos de capitales, a la vez que un control del déficit del sector público y de la inflación indicaban un gasto publico sometido a nivel de equilibrio, sin desborde.”

El libro se convierte así en una visita magnífica a nuestra historia reciente, guiada por un actor de primera fila. Por lo que todo aquel interesado en la vida ciudadana, la política y el futuro del país debe leerlo para tener una idea de cómo se confecciona el poder en la República Dominicana, y orientarse sobre:

          Cómo pretendieron convertir los medios de comunicación (al servicio de banqueros fraudulentos y políticos irresponsables) al Presidente de turno en el causante de sus faltas.

          Cómo el dinero dilapidado en intervenciones cambiarias contó con la complicidad de banqueros y las autoridades, en perjuicio del Estado.

          Cómo pueden realizarse decisiones incorrectas en tiempos de crisis por alegada presión internacional. Ej. Comprar las Edes.

          Cómo el engreimiento institucional de ciertos funcionarios los alejó de su condición de servidores y de los intereses públicos.

          Cómo la complicidad entre políticos y banqueros en el momento resultaba en una regulación laxa y reguladores captados.

        Cómo pueden ser engañados organismos internacionales.

Cómo el tiempo, a través de los ejemplos de otras crisis en países desarrollados, le ha dado la razón a medidas criticadas en su momento.
Fraude, ineptitud, petulancia, indiferencia… que parecería darle la razón al economista Calvo, cuando en uno de sus capítulos, concluye que la República Dominicana es una nación sin dolientes. ¿Pero qué entonces lo motivaría a escribir esta obra sino fuera por los dolientes del presente y del futuro? ¿Qué nos hace a nosotros entonces tan llenos de impotencia luego de leer sus páginas? Por más datos convincentes expuestos me rehúso a pensar que así sea, aquí estamos los dolientes y precisamos cada vez más de este tipo de insumos para la instrucción.