Thursday, February 7, 2019

Este país no tiene dolientes


Así puede resumirse el sentimiento plasmado en toda la obra que el economista Félix Calvo ha titulado: “El Triple Colapso. La crisis de la Banca, de la Moneda y el Estado. 1998-2004”.

A pesar de ser un tema constantemente repasado bajo la manipulación de la política y el recuerdo sufrido de muchos dominicanos, el libro de Calvo, designado vicegobernador del Banco Central en el peor momento de la crisis, viene a arrojar luz sobre el tema de manera didáctica y técnica, que bien vale regresar a aquellos momentos.

1998 marca el año de inicio de la evaluación del libro. Sin embargo, bien pudo partir desde 1990 el autor cuando el gobierno de Joaquín Balaguer empieza a manejar tres cosas de manera poco transparente según el economista: 1) el Banco Central y sus déficits; 2) el financiamiento del sector público no financiero; y 3) las “sucesivas crisis bancarias, como la del entonces mayor banco privado del país BANCOMERCIO”.

En vez de ser corregidas en los años subsiguientes, similares prácticas se mantuvieron en el tiempo. Sin embargo, Calvo ha decidido iniciar nuestra experiencia como lectores en el año 1998, debido a un informe que hiciera ese año un reconocido economista español de nombre Aristóbulo de Juan al Banco Central. Aristóbulo cuyo nombre viene del griego y  significa “gran consejero”, vino al país a evaluar el sistema financiero nacional generando un informe con el cual se hacía merecedor de su nombre.

En este informe, luego de realizar unas pruebas de “estrés” a los bancos nacionales, De Juan concluye que la situación de riesgo de algunos de estos era tan alta, que de no ser reestructurados de manera operativa y financiera “se agravaría la falta de rentabilidad y el fuerte déficit de solvencia existentes hoy día, abocando a soluciones más costosas”. El Informe, que proyectaba la situación como una especie de “bomba de tiempo”, sería sepultado por las autoridades del Banco Central según el autor, quienes llegarían inclusive a esconderlo de sus sucesores, siendo facilitado entonces por el mismo Aristóbulo de Juan años después a través de su secretaria.

La sucesión de irresponsabilidades que provocan la crisis bancaria es bien dividida por etapas y renglones en el libro. Calvo revisita la situación macroeconómica pre-crisis del país a través de un documento del FMI, para aclarar que no se trató de un problema originado en el gobierno directamente, sino uno cuya responsabilidad principal se origina en los fraudes del sistema bancario privado, diciendo que:

“Este documento (FMI) muestra que los indicadores macroeconómicos estaban bajo control: crecimiento del PIB en las condiciones del choque externo…, la relación deuda pública/ PIB bastante baja, los resultados de la cuenta corriente de la balanza de pagos mejorando con una disminución del déficit de dicha cuenta corriente, mientras se registra un aumento de las reservas internacionales del país por los flujos netos de capitales, a la vez que un control del déficit del sector público y de la inflación indicaban un gasto publico sometido a nivel de equilibrio, sin desborde.”

El libro se convierte así en una visita magnífica a nuestra historia reciente, guiada por un actor de primera fila. Por lo que todo aquel interesado en la vida ciudadana, la política y el futuro del país debe leerlo para tener una idea de cómo se confecciona el poder en la República Dominicana, y orientarse sobre:

          Cómo pretendieron convertir los medios de comunicación (al servicio de banqueros fraudulentos y políticos irresponsables) al Presidente de turno en el causante de sus faltas.

          Cómo el dinero dilapidado en intervenciones cambiarias contó con la complicidad de banqueros y las autoridades, en perjuicio del Estado.

          Cómo pueden realizarse decisiones incorrectas en tiempos de crisis por alegada presión internacional. Ej. Comprar las Edes.

          Cómo el engreimiento institucional de ciertos funcionarios los alejó de su condición de servidores y de los intereses públicos.

          Cómo la complicidad entre políticos y banqueros en el momento resultaba en una regulación laxa y reguladores captados.

        Cómo pueden ser engañados organismos internacionales.

Cómo el tiempo, a través de los ejemplos de otras crisis en países desarrollados, le ha dado la razón a medidas criticadas en su momento.
Fraude, ineptitud, petulancia, indiferencia… que parecería darle la razón al economista Calvo, cuando en uno de sus capítulos, concluye que la República Dominicana es una nación sin dolientes. ¿Pero qué entonces lo motivaría a escribir esta obra sino fuera por los dolientes del presente y del futuro? ¿Qué nos hace a nosotros entonces tan llenos de impotencia luego de leer sus páginas? Por más datos convincentes expuestos me rehúso a pensar que así sea, aquí estamos los dolientes y precisamos cada vez más de este tipo de insumos para la instrucción.

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