Enciendo el computador, abro el explorador y de inmediato me dirijo hacia la sección de noticias nacionales. Leo “Wilton Guerrero denuncia narcotráfico le puso precio a su cabeza por RD$10 millones…” Pienso de inmediato en la canción aquella que dice “Se va teniendo ideas de los alcances que abarca la palabra corrupción…casi cualquier delito tiene arreglo o encuentra con dinero solución”. El delito esta vez provino del Senador Wilton Guerrero, delito desde la perspectiva de un cartel (compuesto de militares, narcos, ambición y miserables) que maneja su provincia, impone el mandato y que él bravamente se ha atrevido ha denunciar.
Mientras leo la noticia, pienso en Martí y en su frase de que “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”, paso ante la ausencia de un Imperativo moral categórico, recuerdo a Kant y sigo confuso, esta media isla esta ciertamente patas arriba, la corrupción es lo natural y lo otro la necedad (la necedad de vivir sin tener precio, diría Silvio).
El Refrán se confirma “Donde no hay justicia, es un peligro tener razón” y me siguen llegando frases como cuando cae un juego de domino en cadena. Decia Ghandi “En una sociedad injusta el lugar natural del hombre justo es la cárcel”, pero yo sospecho y me atrevo a corregirlo que ante la burla, la complicidad y la falta de compromiso, el lugar del hombre justo no es la cárcel, sino el ataúd. Dios me permita NO tener la razón.
Mientras leo la noticia, pienso en Martí y en su frase de que “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”, paso ante la ausencia de un Imperativo moral categórico, recuerdo a Kant y sigo confuso, esta media isla esta ciertamente patas arriba, la corrupción es lo natural y lo otro la necedad (la necedad de vivir sin tener precio, diría Silvio).
El Refrán se confirma “Donde no hay justicia, es un peligro tener razón” y me siguen llegando frases como cuando cae un juego de domino en cadena. Decia Ghandi “En una sociedad injusta el lugar natural del hombre justo es la cárcel”, pero yo sospecho y me atrevo a corregirlo que ante la burla, la complicidad y la falta de compromiso, el lugar del hombre justo no es la cárcel, sino el ataúd. Dios me permita NO tener la razón.
“Como ha hecho falta en estos días
Un capitán un héroe, una señal…” Fernando Delgadillo
T.
http://www.itmagazine.com.do
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