"...siempre envuelta en un halo de lunática tristeza"
Quizás para algunos de ustedes resulte una sorpresa, sin embargo déjenme comunicarles que desde ya están a la ventas terrenos en la luna. No es broma, aunque tenga algo de humor.
La luna para casi la totalidad de la humanidad inalcanzable, ha sido aparentemente adjudicada por la raza humana a la Tierra y (etnocentristas al fin) algunos piensan tener control de ella.
Resulta que Dennis Hope en los años 1980 creó la “embajada lunar” aprovechando un vacío legal en el Tratado Interespacial de 1967, con el que se establecía que ningún Estado podía hacerse propietario de terrenos del espacio, pero no se hacia referencia a ningún humano, Hope entonces puede definirse como el típico “tíguere dominicano” con visión universal.
Es así como en Londres una pareja de esposos dueños de la empresa MoonEstates vende con los derechos que les cedió Dennis Hope terrenos en la Luna, en la LUNA!.
De casualidad mencione que era en la LUNA?
Es decir, que dentro de poco no podremos ni viajar mental y libremente a la luna sin tener preocupación de enfrentarnos a una invasión de propiedad o tal vez una litis sobre terrenos registrados, no se cual seria el Tribunal Superior de Tierras Lunares o si la carrera judicial ha de realizarse ciberespacial, sin embargo sospecho que cada cráter cotizará el valor de la propiedad en un 20% (según mis humildes predicciones).
Después a alguien se le ocurrirá hacer un metro, crear leyes lunares e indultos lunáticos, otro arrancará en búsqueda del exilio terrestre, se creará la extradición planetaria, la fuga sobeidistica por excelencia y todo aquel cuento de algún enamorado que quería bajarle la Luna a su amada, bueno, se volverá complicado al tener tanto propietarios incómodos con estos abruptos movimientos estelares.
Parecería ser que ni la luna se salva de ser irrespetada en estos tiempos! La mejor frase la tiene ciertamente el extraterrestre protagonista de la película K-Pax, que ante la insistencia del humano que preguntaba cómo se hacían ellos sin leyes para corregir el mal si alguien decidía hacerlo, se limitaba a responder:
T.