“Es como cuando vas al dentista a sacarte un diente. Pelearás con el dentista en cuanto el empiece a halarlo. Así que él te inyecta algo que se llama novocaína para hacerte creer que no te está haciendo nada. Te sientas allí y debido a que tienes toda esa novocaína sufres pacíficamente. Sangre corriendo por tu barbilla y tú no sabes que está sucediendo. Porque alguien te enseñó a sufrir pacíficamente” Malcolm X
Barack Obama será recordado por la simpatía y la esperanza que provocó su máquina publicitaria en mucha gente, no necesariamente sus hechos. Es el mejor presidente actor de los EEUU desde Ronald Reagan, le sale natural. Pero esa simpatía, ese carisma, esa actuación o hechizo, como el enamoramiento, tiende a abrumar la vista y a no hacernos percatar de sus defectos, de su verdadero legado.
Para hablar de su legado hay que hablar de dónde provino su gobierno. George W. Bush, uno de los peores presidentes de EEUU, quien en apenas un año por sus formas hizo ver a Obama como Nobel de la Paz. Bush construyó un gobierno en base a tres pilares: religión, guerra y petróleo. En ese camino fluyeron sus intereses y elaboró un discurso demagogo y maniqueísta que lo mantuvo en la popularidad hasta que los norteamericanos se dieron cuenta de la farsa. Es decir de que: a) Iraq no tenía Armas de Destrucción Masiva como les dijo Bush; b) Saddam nunca pensó atacar EEUU ni era un adversario; c) hacerle la guerra a Iraq había dejado a Medio Oriente más inestable; d) dejó a EEUU con peor reputación en el mundo; e) con más enemigos; f) con déficit interno y; g) con dos trillones de dólares menos.
Es aquí cuando entra Obama, quien se catapultó con el discurso de las esperanzas, del respeto a la ley, de la unidad y la reivindicación de la lucha por el más débil (la cual había conocido siendo activista comunitario). Tener ese conocimiento y ofertar toda esa plataforma lo hacía entonces más responsable que gobernantes anteriores como bien dice Ralph Nader.
En estos días sus logros son publicitados de manera fuerte y sin un debido balance ante el temor de la presidencia de Trump, por lo que se hace necesario evaluar algunos puntos en la palestra de manera sucinta por razones de espacio para una posterior reflexión:
1- El logro más grande de Obama es haber sido electo a pesar de su color de piel en EEUU, un país donde hace 50 años se le obstaculizaba el voto a afroamericanos en ciertas regiones. Simbólicamente esto es mucho, pero prácticamente no. Porque en vez de ayudar a los negros, los desmovilizó. Y ante cualquier posible protesta o crítica al presidente, la comunidad negra hizo silencio por solidaridad racial. De manera principal, Obama no llegó a promover políticas fuertes para reducir la desigualdad económica en lo racial y la juventud negra, la más desempleada del mundo industrializado, no fue particularmente beneficiada. De poco sirvió entonces que el Presidente de EEUU compartiera su color de piel sin exigirle nada a cambio.
2- El acuerdo de desarme con Irán. Sólo la locura que fue la presidencia de Bush llevó a EEUU a considerar a este país como un enemigo digno de ser atacado y con el cual era imposible podía conversar y llegar acuerdos. Este es un punto luminoso que podemos darle por completo a la administración de Obama.
3- Matrimonio homosexual. A pesar de Obama haber declarado no apoyarlo en su campaña del 2008, su pensamiento según él evolucionó en este tema y en 2012 lo apoyó hasta que se hizo realidad. Este punto será otorgado a favor o en contra dependiendo de la posición personal del lector. Pero desde el punto de vista político era algo para ofrecer y emocionar a la base diferenciándose de Mitt Romney el candidato republicano en el 2012.
4- Obama Care. Obama Care es la expansión del sistema de salud preexistente. Curiosamente, es una idea ejecutada por el republicano Romney cuando era gobernador de Massachussets, nada revolucionaria. Y es que garantizarle la salud a la gente nunca es un error, pero si puede serlo cómo garantizarla. i) El problema del Obama Care no son los 20 millones de personas que se unieron a la cobertura, sino los millones que quedan fuera; ii) El problema es que los pobres siguen pagando una mayor tasa con respecto a sus ingresos que los ricos; iii) que los que están en el programa la mayoría están subasegurados, es decir que no les da el seguro para cubrir los costos en la extremadamente cara salud de EEUU; iv) El problemas es también que este programa no reduce los gastos en salud del país, se lo deja a la fuerzas del mercado. Por lo que, EEUU bajo este esquema seguirá dedicando el porcentaje del PIB más alto del mundo (17.1% en 2014), y a diferencia de otros países sin poder garantizarle la salud a toda su población, como por ejemplo Francia (11.5% PIB), Canadá (10.4%.) o el Reino Unido (9.1%).
5- Cuba. Abrir relaciones con el país caribeño es una medida inteligente y racional, pero fue hecha cuando ya Obama no se reelegía ni se arriesgaba. Las encuestas dicen desde años que más del 70% del pueblo norteamericano no tenía problemas con abrirse a Cuba. El mundo entero lo anhelaba hace décadas. Pero Obama no se la jugó hasta que su costo político fuera nulo. Y quizás esto haya sido una compensación al hecho de que su promesa más grande en cuanto a Cuba no fue alcanzada; el presidente abogado no cerró Guantánamo, a pesar de haberlo prometido en campaña en 2008 continuó con las violaciones de derechos humanos que allí suceden.
6- Obama es el único presidente de EEUU que ha durado los 8 años en guerra. Al igual que Bush pero sin oposición, Obama ha desestabilizado países con la excusa de derechos humanos o enemigos potenciales… A pesar de no haberle declarado la guerra a Libia y de nunca haber sido esta una amenaza, Obama atacó y depuso a Gadhafi dejándola en el caos total, similar a Iraq. Algo parecido se intentó en Siria, desestabilizar el país para salir de Bashar Al-Assad, sin importar que sus adversarios fueran terroristas cortacabezas, los cuales por suerte no llegaron al poder por la geopolítica y Rusia.
7- A pesar del crecimiento económico, en EEUU la desigualdad aumentó durante la administración de Obama. Obama falló en pelear por el salario mínimo, hoy en día 30 millones de trabajadores ganan menos de lo que ganaban en 1968. Obama falló en quitar beneficios económicos dados a los ricos por Bush, algunos de ellos los cuales Obama podía remover de manera administrativa. Obama falló en pelear porque la clase corrupta y enriquecida de Wall Street viera prisión luego de su irresponsabilidad en la crisis. Obama falló en reformar de manera fuerte el régimen financiero, y en rescatar a los ciudadanos primero que a los bancos. Esto quizás comprensible desde las donaciones millonarias hechas por Wall Street a su campaña en 2008 y 2012. Obama falló también en rechazar la política de Libre Comercio sin justicia laboral que tanto perjuicio ha ocasionado a los trabajadores de EEUU, de hecho la fomentó e intentó un Acuerdo con Asia TPP, que se estancó en las pasadas elecciones ante la oposición de Sanders y Trump.
Y es que decía el sociólogo Howard Zinn que “lo que realmente importa no es quien se sienta en la Casa Blanca, sino quien protesta dentro y quien marcha fuera pujando por el cambio”. No en vano Bernie Sanders cuando Obama se reelegía en 2011 pedía un contrincante interno. No tuvo resistencia (llámenle liberal o de izquierda) nadie lo obligó a ser mejor. Y esto le costó al partido demócrata, lo alejó de la gente en vez de liderarlos, razón por la cual los demócratas perdieron todas las elecciones con Obama, salvo la propia.
Mientas tanto los medios de comunicación hablan de su legado de manera gloriosa, las conquistas más ligeras son desproporcionadas y la amenaza es dirigida a Trump y Rusia. En la sociedad de las formas Obama es celebrado. Justo esta semana vi muchos amigos compartiendo videos muy emocionales del amor que le tiene el presidente a Michelle, a sus hijas, a Biden, de cómo hacer un tour virtual con la pareja por la Casa Blanca…
Y mientras todo eso pasaba, la administración de Obama otorgaba la facultad a la infame NSA (Agencia de Seguridad Nacional, la cual Edward Snowden nos mostró espiaba sin orden judicial al mundo y a los estadounidenses, contrario a la Constitución de EEUU) a compartir (también sin orden judicial) información privada de los ciudadanos con otras 16 agencias (FBI, DEA, Homeland incluidas). Por ahí va el legado real de Barack Obama. En avanzar una agenda similar a la de Bush, pero con más inteligencia y carisma. Y lo triste es que aún conociendo esto, no sé si por publicidad o carisma, como persona, Barack me sigue agradando.