A
Analú, quien nunca leerá esto porque no tiene feizbuc ni wasup ni 3G...
Ya en el lecho de muerte, algunos
necesitan permiso de sus seres queridos para dejar este mundo. Este es un
conocimiento que suelen dominar las enfermeras por su experiencia más que un
hallazgo científico o de sentido común. Edificaré con tres vivencias de personas
reconocidas este argumento tan mágico e interesante.
Me decidí a escribir esto porque
acabo de ver que ha fallecido en estos días el carismático líder británico Tony
Benn, y ahí me topé de nuevo con esa idea del permiso. En una entrevista de hace
unos años Tony Benn relata el último día de su esposa, Caroline Decamp, quien
había estado batallando el cáncer desde 1996.
Para sus días finales en
noviembre del 2000, Caroline estaba muy frágil, el cáncer había hecho metástasis
en la columna. Y en su último día de vida su familia se reunió alrededor suyo
en la habitación del hospital de Londres.
Debido al estado de gravedad de su
esposa, con quien había compartido 51 años, una enfermera preocupada se le acercó
a Tony, le expresó que él ayudaría a su mujer si le decía que ella podía irse
si quería, si le daba permiso. Y él lo hizo, le dijo "Todos nosotros
estamos aquí ahora, así que si quieres, puedes irte". Inmediatamente, dice
Benn, ella dejó de respirar. "Mi primer pensamiento fue un gran alivio porque
ella ya no sufriría tan terrible dolor, pero al mismo tiempo pensé que era una
extraordinaria manera de irse" dijo Tony.
Algo similar ocurrió cuando Joey,
el hermano del actor Mickey Rourke entró en coma. Mickey estaba en una etapa
depresiva de su vida, su carrera como actor había colapsado, como boxeador no despegó
e inclusive había intentado suicidarse. Los hermanos eran muy unidos, "Fue
la persona más valiente que conocí" dice aún Mickey. En el hospital, en el
lecho de muerte de su hermano, una enfermera le pidió a Mickey unos minutos
para hablar con él. Le dijo que ella tenía treinta años en ese trabajo y que por
su experiencia Joey se debió haber ido hace tres o cuatro días, así que le
preguntó si él sabía la razón por la cual su hermano no se había ido. Mickey le
dijo que sí. Y ella le dijo que él tenía que decirle que estaba bien que se
fuera. Así que el regresó a la habitación y lo hizo.
- Cuanto tiempo vivió después de
eso tu hermano? - le preguntó el entrevistador.
- Como 30 segundos - respondió
Mickey.
Maya Angelou y su madre es quizás
la mejor historia porque como narradora y poetisa la relata mejor:
"Amor. Ella me liberó a la
vida y continuó haciéndolo, y cuando ella estaba en la etapa final de su
enfermedad fui a San Francisco, el doctor me dijo que ella tenía 3 semanas de
vida y le pregunté "Vendrías a Carolina del Norte?" Ella dijo que sí.
Ella tenía enfisema y cáncer de pulmón. La traje a mi casa, ella vivió por un año y
medio... y cuando ella estaba finalmente extraña, estaba en oxigeno y
batallando por su vida contra el cáncer, yo recordé que ella me liberó a mí, y
que yo me había dicho espero que un día pueda liberarla a ella, ella merece eso
de mí. Ella merecía una gran hija y obtuvo una. Así que en sus últimos días le
dije "Yo entiendo que algunas personas necesitan permiso para irse... así
como entiendo que has hecho todo lo que Dios te puso aquí para hacer. Fuiste
una gran trabajadora, debiste ser una gran amante porque muchos hombres y si no
me equivoco un par de mujeres arriesgaron su vida para amarte. Fuiste una muy
mala madre de niños pequeños, pero una gran madre de jóvenes adultos, y si
necesitas permiso para irte, yo te libero a ti". Y fui a mi casa, y algo
me dijo regresa - andaba en pijamas, me subí al auto, corrí y la enfermera me
dijo "Ella se acaba de ir".
Ustedes
ven? El amor libera, no amarra, el amor dice te amo. Te amo si estas en China,
te amo si estas al otro lado de la ciudad, te amo si estas en Harlem, te amo. Quisiera
estar cerca de ti. Quisiera tener mis brazos alrededor tuyo, quisiera tener tu
voz en mi oído pero eso no es posible ahora, te amo así que vete. El amor
libera no retiene. Eso es el ego, el amor libera."
Una esposa, un hermano, una
madre... tres vínculos de solidaridad y amor que testimonian si decidimos
creerles una historia lindísima. Y si no deciden creerlo una fábula igualmente
hermosa, cuya conclusión pasa por la empatía y el respeto a la libertad del
otro. Y cuya moraleja puede resumirse en "Amar básicamente... liberar, hay
que"
T.