El pasado miércoles 7 de noviembre a raíz de una querella penal
interpuesta por Guillermo Moreno acusando a Leonel Fernández y otros del
desguañangue fiscal, el Presidente del Senado advirtió que
el PLD saldría en la defensa del expresidente, y que la querella deberá
ser desestimada porque, a su juicio (el de una persona que no la leyó),
se había confundido el déficit con el fraude fiscal.
El abogado Guillermo Moreno a raíz de estos comentarios dijo que: “Es
lamentable que en la República Dominicana tengamos una
institucionalidad tan precaria, que el presidente de un poder del Estado
(el Legislativo) evalúe algo que está en la soberanía del Poder
Judicial, y de órdenes y diga, en este caso al Ministerio Público, cómo
debe actuar, cómo debe fallar.”
6 días después, tan sólo 6 días, el Procurador General de la
República, Francisco Domínguez Brito, miembro del Poder Ejecutivo, no
Legislativo, siguió las órdenes del Presidente del Senado (y Secretario
General de su Partido) y desestimó la querella.
Argumentó 3 cosas muy importantes que dejan mucho que decir de la
poca institucionalidad, la debilidad de carácter y el lambonismo público
ilustrado. El Procurador estableció en su nota de prensa que:
1. “La existencia de un déficit fiscal del sector público no implica, en sí mismo, la comisión de un delito”;
Siguiendo la línea dada por el Senador de la “confusión”, perdonable
en el caso del Senador que no llegó a tener el expediente en la mano, no
así del Procurador.
2. “No existen elementos materiales o indicios que comprometan la responsabilidad penal del Ex Presidente Leonel Fernández, por lo que carecen de fundamento legal”;
¿Que no existen ni indicios?... OJO que la querella no sólo se
trataba contra la figura del expresidente, pero el respondió así. Cabe
destacar la ágil y pronta investigación hecha en tiempo record para RD,
desestimada convenientemente y justo a tiempo antes del discurso del
ExPresidente.
3. “Personalmente, siento un gran respeto por el Dr. Leonel Fernández. Creo en su trato profundamente humano, decente y respetuoso con las personas, aún con aquellos que políticamente le adversan”
Y claro, la cláusula lambonística ilustrada, que puede ser respondida
con “Personalmente no me importa un carajo señor Procurador”.