Monday, September 20, 2021

El viaje empresarial de Jeff Bezos. Parte 1

Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo. Tanto así, que a raíz de su divorcio su ex-esposa se convirtió en la 15ava persona más rica del mundo. Ella, aún donando 2.7 billones de dólares de su fortuna el pasado año, ganó US$2.9 billones en un solo día.

La distancia que nos separa de este tipo de personas es cada vez mayor. Los desafíos, la forma de ver la vida, de ver al otro... Sin embargo, cada vez más gente se proyecta en estos billonarios y salen en su defensa. Dejan de lado a los ciudadanos comunes que son y con los que habitan, y salen en una especie de falsa proyección a defender la desigualdad extrema. Aspiran a ser Bezos, aunque tengan mejores posibilidades de ganar la Lotería (que a lo sumo da millones, nunca billones).

En este sentido, muchos se niegan a ver que en ocasiones la avaricia es lo que rompe el saco. Y que las sociedades suelen fundarse en una narrativa común que nos relata semejantes y nos hace visibles. Cuando estas relaciones se tensan demasiado, el pacto suele romperse, dando cabida a inestabilidad, desilusión y hasta revoluciones. El viaje al espacio de Bezos trae una mayor desilusión al presente de la humanidad y la conformación social que una esperanza.

Para analizar el éxito reverenciado de Bezos, el camino hacia ese nivel de riqueza pasa por más injusticias y menos invención. Es decir, hablemos un poco del viaje empresarial antes que en otro artículo abordar el espacial.

La empresa Amazon inició en 1994 como un mercado en línea para vender libros. Hoy es un gigante tecnológico que tiene presencia importante en diversos mercados y con una infraestructura crítica para otros negocios en línea de plataforma y entrega. A saber:

1)      Es el comerciante online dominante en EEUU con un 47% del mercado.

2)      Es uno de los principales agentes de la cadena logística, que en la actualidad está construyendo “la mayor empresa de envíos de paquetes del mundo”. Para 2019, solo Fedex, Ups y el correo de EEUU manejaban mayor carga.

3)      Lidera con su subsidiaria AWS el mercado de infraestructura en la nube con un 32% del mercado.

4)      Continúa expandiendo sus productos en mercados tan disímiles como baterías, libros, cine, tv, ropa, pañales para niños… etc.

La línea roja con el derecho de la competencia es muy visitada por esta empresa y en casos cruzada a la ilegalidad, siempre en favor de sus ganancias. Por ejemplo, la empresa Diapers.com, muy lucrativa en su momento, no pudo competir cuando Amazon se interesó por ese mercado. Se dice que Amazon perdió alrededor de U$200 millones reduciendo los precios de los pañales, con el fin de que Diapers.com quebrará o pactará con ellos. Diapers.com terminó sucumbiendo ante los precios predatorios de Amazon, y tuvieron que dejarse comprar por el gigante por unos 540US$ millones. Luego fue cerrada y Amazon aumentó fácilmente los precios de los pañales.

Esto no es nuevo para la empresa. Amazon ha destruido miles de negocios en todo EEUU y el mundo. En sus inicios, lograron su éxito ahorrándose los costos de impuestos de venta estatal (de 6% a 8%) por ser una empresa en internet, creando una competencia desleal ante esas pequeñas empresas locales que sí tenían que asumirlo. Y por ende concentrando la riqueza. Asimismo, existen graves acusaciones de que Amazon utiliza la data que recopila en su portal de otros negocios para lanzar sus marcas, potenciar sus ventas y entrar en sus mercados. Esto lo facilita la confusión de roles con que opera, es decir el ser vendedor de la plataforma y el propietario de muchos productos que posiciona con su marca.

En este sentido, esto se puede asemejar a cuando las empresas de ferrocarriles en EEUU (siendo el epítome del poder comercial), fueron prohibidas por conflictos de interés de poseer empresas de carbón. Se entendía que era un mecanismo injusto de competencia y se pretendía regular su poder en el mercado. Cabe preguntarse ¿Cómo lucirían los mercados en algunos años si a Amazon se le permite continuar expandiéndose sobre el trabajo de otros negocios y en otros mercados? ¿Qué tanto poder (no solo en el mundo comercial sino en el político y hasta en el espacial) tendría la empresa y el Sr. Bezos?

No bastando estas estrategias, Amazon utiliza los mecanismos de elusión internacional para despojar a Estados Unidos en impuestos sobre su ganancia, llevando a cero sus impuestos sobre sus billones. A esto también podríamos agregarle los cientos de millones de dólares recibidos en exenciones de impuestos dadas por Trump.

Por lo que, la realidad es que Jeff Bezos ha incrementado buena parte de su fortuna no solo gracias al auge del Internet (que obvio que sí), sino basado en un esquema de negocio que frecuenta la competencia desleal y se beneficia de las ventajas de lo que se denomina "Crony capitalism" (o capitalismo clientelista/ de compadreo). Otro ejemplo de esto, es como Bezos ha puesto a pelear a los distintos estados de Estados Unidos para ver quién le ofrece mayores subsidios por la instalación de sus almacenes y empleos. En ese camino de necesidad, los salarios de sus empleados muy necesitados no mejoran ni cerca acorde con la rentabilidad de la empresa, denunciando algunos vivir con ayudas del gobierno.

 

Tuesday, July 13, 2021

Raul Paz - Puente

Nadie sabe adónde llega

Aunque sepa dónde va,

todo parece más simple

Antes de que sea verdad.

Y las horas que faltaban
Ya no volverán jamás
Y siempre habrá un momento 

bueno para recordar.

No olvides escucharte
Cuando vuelvas a empezar
Cuando vuelvas a empezar.

Los discursos, la distancias, 

las promesas o el dolor
no son más que fantasías 

que entretienen la razón.

Siempre faltara más tiempo 

Para estar cerca de ti
Para estar cerca de ti.

Vuelve a mirar,
Lo que ya hiciste, lo que diste, lo que das
Siempre hay cosas que cambiar.
Y la luna no se esconde,
para buscarse otro nombre 

sino para regresar
Vuelve a mirar.

Mientras se escuchan campanas,
Mientras puedes respirar,
Mientras te lleguen las ganas de hacer bien,
bien estarás.

Y aunque no parezca cierto,
Y aunque les parezca mal,
Nunca dejes que los sueños,
Te lo vayan a cambiar.

Porque nadie dice todo,
Aunque diga la verdad,
Y los miedos son astucias
que te obligan a parar.

Y el amor nunca se muere
Solo te transformará.
Y si acaban los misterios
Habrá otro que inventar.
Y si acaban las verdades
Habrá otra que encontrar.

Vuelve a mirar,
que la sonrisa siempre quiere regresar.
Solo habrá que estar aquí,
Volver a unir las puntas
Siempre alguien que te quiera
con mil ganas de besar.
Y así todo cambiara.

Vuelve a mirar,
Lo que perdiste, lo que importa, lo que harás
Porque hay cosas que cambiar
Y la luna no se esconde 

para buscar otro nombre 

sino para despertar. 


Raul Paz - Puente


https://www.youtube.com/watch?v=AGo44Cqnlnc&t=447s 

Thursday, April 8, 2021

¿Merece 30 años la madre que aborta?

 Si fuésemos a evaluar los peores asesinatos cometidos, aquellos de una madre a su hijo seguro encabezarían la lista. Andrea Yates ahogó a sus cinco hijos en una bañera en 2001, fue declarada loca. Susan Smith amarró a sus hijos en el auto y luego dirigió el carro al fondo de un río, Deanna Laney los golpeó con una roca… casos realmente imperdonables e incompresibles. Imposible no rechazar la barbarie en los mismos.

En este sentido, hay quienes equiparan en su narrativa a las mujeres que abortan con asesinas y a los embriones con bebés. Y bien que si se piensa que un cigoto o un embrión es un niño, la figura del asesinato aplicaría. No obstante, no conozco la primera iglesia ni persona que exija (ante la mujer que aborta) un castigo como el que corresponde al asesinato de un niño, siquiera si lo hace con una percha. Toda sociedad que condena el hecho, se ha limitado históricamente a darle una categoría especial al definirlo como “Aborto” y reducir las penas que lleva el asesinato.

¿Por qué? Siquiera los defensores de la vida exigen este trato. He visto a algunos rechazar las causales porque “Total, el Estado no las persigue si se cometen”, como si la clandestinidad no pusiera en riesgo vidas ya nacidas. También he visto a otros sugerir de que sean sometidas a la justicia pero que al final se termine por indultarles. ¿Indultar un asesinato? ¿Por qué? Sigue siendo un ‘bebé’.

¿Y por qué las iglesias no les dan un trato similar al de un niño? ¿Por qué no bautizan embriones? (a fines de evitar el purgatorio y el pecado original) ¿Por qué no exigen enterrarles en tierra sagrada? ¿Por qué se permite (con nada de indignación) que un pastor como Tony Flaquer y su equipo arrastre a reuniones antiaborto envases de fetos (lo que entienden cadáveres) mostrando una profanación de tintes necrófilos con total impunidad y sin el debido “respeto, caridad en la fe y esperanza de la resurrección” que llevaría el cuerpo.

En la actualidad, las iglesias luchan por mantener la prohibición total del aborto en nuestro país, manteniéndonos a la par con solo otros 5 países en el mundo. Sin embargo, la agenda real (si son coherentes) debe ser igualarlo con el asesinato. No puede haber medias tintas en esto. Si se cree es asesinato, se debe perseguir y pedir condena de 30 años a la mujer… así como registrar los cigotos en las oficialías, enterrar los fetos en tierra sagrada, bautizar los embriones y hacerle misas de 9 días, aún si este no se ha podido desarrollar de manera natural.

Y si estamos ante un “genocidio” (término que no aplica), tenemos un problema de salud mayor que tampoco nadie defiende, por esas vidas que se pierden de manera natural en los procesos de gestación. Por ejemplo, aquellos embriones (aproximadamente 50% según la Universidad de California en San Francisco) que no logran implantarse en la pared del útero terminando luego desechados por el cuerpo (ni hablar de los in vitro). Lo cual si fuera cierto que son vidas humanas esos embriones, pues merecían otro diseño más justo y de seguro otro trato social.

¿O quizás el discurso difiere de la práctica porque no se trata de un niño ni de un bebé? ¿Quizás sea cierto que hay vida en la fertilización pero también en el espermatozoide y en las células? Cabría entonces la pregunta ¿Cuándo toca defender la vida humana? ¿Necesita un latido? ¿Un sistema nervioso? ¿Un cerebro funcionando? ¿Un alma? O ¿Quizás tocaría defender a la persona cuando esta sea viable y pueda desarrollarse sola fuera de la madre? ¿20 -22 semanas de embarazo?

El hecho de que San Agustín no dedujera que hay vida en el feto de sus lecturas bíblicas, o que Santo Tomás de Aquino estableciera que el alma era infundida una vez formado el cuerpo y no en la concepción, nos dice que estos temas no tienen que estar definidos para todos los feligreses y que la narrativa del Estado (y puede que las iglesias) debería ser más tolerante con las decisiones de las mujeres.

Establecer que los propulsores de estas reivindicaciones son ‘mercenarios’ a sueldo de organismos internacionales y oscuras agendas conspiranoicas, es mejor política para quienes se oponen que enfrentar la realidad. Porque de enfrentarla obligaría a conversar (en nuestro caso) las 3 causales, a sentarse a ver caso a caso y a escuchar a cada mujer, en ocasiones hasta tener que contradecirlas en sus deseos y frustraciones, algo nada empático ni compasivo.

Temer que las 3 causales sean la puerta al aborto libre (concepto que no existe porque en todos lados es regulado) es similar a decir que darle 30 años a la mujer que aborta es el objetivo de la agenda provida. En el trecho hay una sociedad, tradiciones y criterios que no se cambian con solo plantear 3 excepciones muy mínimas al aborto.

Históricamente, la Iglesia ha tenido que reflexionar sobre sus posiciones y elegir sus batallas. Fue así como algunos sectores internos fueron desplazados en su insistencia contra los preservativos, pastillas del día después, restricción del sexo solo para reproducción, restricción del sexo antes del matrimonio, tatuajes, comer algunos tipos de carnes... No obstante, estos dilemas bien pueden seguir siendo planteados según sus interpretaciones bíblicas y obedecidos dentro de sus estructuras, aunque dudo generen igual aceptación.

Porque el rol de la Iglesia es educar en sus valores a los feligreses y de rezar porque encuentren el camino los que no, sin tener que obligar al Estado y cuerpos ajenos a sus creencias, sin importar extranjeros ni forzar sus dogmas en los congresos.

Finalmente, si bien seguiré buscando respuestas a algunas de las dudas aquí planteadas, sé que en el entretiempo esas conclusiones serán solo mías. Razón por la cual, entiendo que el Estado debe marcar distancia de dogmas que pongan en riesgo la salud pública, así como la salud mental de quienes habitan estas trágicas situaciones. En especial, y aquí si no tengo duda alguna, como cuando entran en juego las mínimas 3 causales.

Thursday, March 18, 2021

Sobre el entretenimiento, la política y los likes

 “La opinión, reina del mundo, no está sometida al poder de los reyes. Ellos mismos son sus primeros esclavos”. J.J. Rousseau 

Hace unos meses mi amigo comediante Elias Serulle compartía una frase de su colega norteamericano Dave Chappelle. En ella, Chappelle hablaba de lo complicado que resulta el trabajo de un cómico visto que “Cualquier trabajo que te hace depender de la aprobación de los demás para tu vivir es una locura de trabajo”. Y es que pretender desarrollar tu vida y forjar tu personalidad en base a la atención y el afecto de un público amplio no solo te hace inauténtico sino inestable.

 

A pesar de que el espectáculo parecería ser la rama principal donde vemos este tipo de conducta e incentivos, no es la única. Y hoy en día nuestra forma de vida parece más permeada por estos incentivos a través de las redes sociales. Conozco casos extremos de personas que llevan años persuadiendo a amigos a entrar a las redes para que les otorgaran sus likes. Ya siquiera les interesaba si le gustaban realmente la foto o no, lo importante era la cantidad reflejada, el aparente reconocimiento público, la forma y el instante frívolo y excitante de los corazones rojos notificados. Por suerte no vivían de eso, aunque me parece una carga pesada depender de esos estímulos.

Si bien el ser humano tiene una naturaleza gregaria, que implica ceder ante la vida social ciertos aspectos de su conducta o pensamiento, la presencia en redes potencia la distorsión  en la búsqueda de agradar obstaculizando nuestra expresión.

El expresidente de los EEUU Lyndon Johnson era reo de algo parecido y como el comediante Chappelle lo relacionaba a su actividad. Llegaba más lejos, se declaraba enfermo. Cuenta la historiadora Doris Kearns que las elecciones llegaron a provocarle “fiebres, escalofríos, dolores de estómago, dolores de cabeza, depresión  y cálculos renales.” A Joe Phipps, un colaborador de su equipo le confesó  que:

“Hay que darse cuenta que un político, un buen político, es un bicho raro. Todo el que periódicamente tenga que ponerse de rodillas para pedirles a los votantes que demuestren que lo aman dándole su voto, está realmente enfermo. Y según lo obsesionado que esté, podría estar muy, muy enfermo… Trata de pensar en mí como un familiar o un amigo gravemente enfermo que necesita todo el cuidado, la compasión, el consuelo y el amor posible para mejorar. Y sabes que con el tiempo se recuperara y que la enfermedad no regresara hasta las próximas elecciones.”

Este “padecimiento” es propio de los líderes democráticos según Alexis de Tocqueville, ya que según este: “En las aristocracias los hombres poseen con frecuencia mucha grandeza y fuerza personal” y que “Cuando se encuentran discordes con la mayoría de sus compatriotas se retiran a su propio círculo, donde hallan apoyo y consuelo”.

La condena a no obedecer a las masas es el aislamiento social, por lo que “La sensación de soledad e impotencia los sobrecoge y les hace desesperar.” Razón por la cual, Tocqueville decía que no conocía “ningún país en que haya tan poca independencia mental y verdadera libertad como en América”.  

Para fines de quienes buscan u ostentan el poder, este conocimiento los conduce a dominar la comunicación, la agenda noticiosa y hasta el lenguaje en favor de sus intereses. Esto debido a que así terminarían dominando la opinión de la gente y con ello el entretenimiento, la política… etc. Es así cómo podrían, por ejemplo, simular y enfocar la repulsa en la corrupción de unos particulares sin que corra el riesgo un sistema corrupto mayor.

En esta dinámica las masas, manipuladas o no, reducen la capacidad crítica y a los críticos hacia la conformidad, incentivando la censura o autocensura en lo que llama Elisabeth Noelle-Neumann  la espiral del silencio.  

A pesar de que el mundo del entretenimiento no suele enfrentarse con los intereses del poder,  si existen sobrados ejemplos de que cuando hay transgresiones estas fuerzas pueden resultar implacables, a saber: 1) Las consecuencias enfrentadas por Tommie Smith y John Carlos luego de levantar su puño en las Olimpiadas del 1968; 2) las de Colin Kaepernick arrodillándose en la NFL 2016; 3) las de las Dixies Chicks diciéndose avergonzadas de Bush en 2003; y 4) recientemente las declaraciones del futbolista Zlatan Ibrahimovic al baloncestista Lebron James diciendo que “no le gusta las personas que con algún estatus pasan a la política” pidiendo que se mantenga James en lo que es bueno. El afamado Michael Jordan compartía una visión similar a la de Zlatan cuando bromeando dijo en su apogeo que los republicanos también compraban sus tennis. Básicamente, no te arriesgues a perder público, no importa la seguridad, el dinero o los récords que exhibas.

Con los años hemos visto una proliferación en la búsqueda de aprobación a través de las redes a todos niveles. Ya no parecería bastar con tratar de agradar al barrio, la iglesia o la familia, sino de uniformar el comportamiento con cientos de seguidores de distintos gustos en busca de sus likes. Quedaría pues la interrogante de si esto representa progreso alguno. La ansiedad aflora, la necesidad de pertenencia crece y se potencia nuestro miedo a tomar riesgos y a aislarnos.

Y así andamos. Un poco enfermos, cada vez más condicionados a pescar estos virus.  Cada vez más susceptibles y menos nuestros. Sacrificando nuestro tiempo, atención y personalidades al agrado superficial y ajeno… quizás incluso en este texto.

Wednesday, March 17, 2021

¿Mi problema de memoria o el efecto Zeigarnik?

 -          Tony, ¿qué fue del caso X?

-          ¿El caso X?

-          Si, necesitamos saber cuál fue la conclusión. Fue hace unos meses.

-          ¿El caso X? ¿Yo llevé el caso X? ¿Se concluyó? Déjame buscarlo a ver… Ahh el caso X.

*Caras decepcionadas*

Hace unos meses comentaba en el trabajo el desagrado que me genera el abordaje repentino buscando información sobre casos pasados. Me creía desafortunadamente especial, porque la prisa de los demás chocaba con mi necesidad de tiempo para buscar en mi base de datos mental, la cual tiene una memoria RAM muy lenta por cierto. Al final la información se obtenía, pero en el ínterin, el transcurrir del tiempo me hacía lucir idiota.

Algunas de mis compañeras me entendieron y se solidarizaron. Otras seguirán pensando lo de idiota. Sin embargo, entre las lecturas aleatorias que llevo este toque de queda, he encontrado una explicación a este comportamiento. Resulta que Kurt Lewin, uno de los pioneros de la psicología social experimental, se percató en un bar junto a sus estudiantes de la buena memoria para recordar órdenes que tenía un mesero. En ese momento, junto a la psicóloga soviética Bluma Zeigarnik decidieron realizar un plan para conocer hasta donde llegaban las habilidades de este mesero. En fin, lo que cualquiera de nosotros hubiese hecho.

Luego de una serie de pruebas se notaron de que una vez completada la orden, la “prodigiosa memoria” del mesero no era tal, ya que no podía recordar la orden y sus detalles. La conclusión llegaría con los años, se basó en que una tarea pendiente (en este caso la orden al mesero) genera una tensión que domina por un momento la atención y el recuerdo de las personas. Una vez concluída la tarea (entregada la orden), tanto la tensión como la atención sobre el tema se disipan dando paso al cerebro a priorizar otros temas. Zeigarnik procedería a continuar estudiando el fenómeno junto a Lewin hasta publicar un ensayo en 1927. El fenómeno ahora se conoce como el “Efecto Zeigarnik”.

La teoría del “Efecto Zeigarnik” establece que el impulso natural es buscar el cierre del tema y liberar la tensión. Esta teoría se desarrollaría llegando a establecer incluso que una tarea que es interrumpida mantiene la misma tensión y prioridad para fines del recuerdo. En términos de un explorador de internet, diríamos que la ventana con la información al no cerrarse permanece accesible rápidamente a la memoria. Razón por la cual, la teoría lleva a proponer a los estudiantes interrumpir las horas de estudios con el fin de fijar la atención sobre los conceptos y tenerlos disponibles en la memoria, evitando así liberar la tensión que da concluirlos. Estrategia la cual nos puede resultar útil para ocasiones como las que generaron este artículo.

Mucho se ha escrito del Efecto Zeigarnik y su campo de aplicación práctica. No obstante, mi conclusión para fines de esta nota es que la próxima vez que un colega toque su puerta, llame a su extensión y pida por información detallada sobre un caso del pasado, no se menosprecie usted. Con confianza, pídale tiempo y hasta háblele de Kurt Lewin, Bluma Zeigarnik y un mesero con aparente buena memoria de los años 1920.

El dinero de las AFPs: Un problema conceptual

En el momento en que se individualizaron las pensiones en el país, siguiendo el modelo chileno, se rompió el acuerdo de la seguridad social. Cada hombre por sí solo fue arrojado a la imprevisibilidad e inseguridad en su futuro.

 

Con esto no me refiero a si era más conveniente como se mal ejecutaba el modelo de reparto en RD antes de la ley de 2001, pero si al razonamiento que se empleaba. Este era: “Los jóvenes pagarán las pensiones de los viejos. Ese dinero no está disponible para ustedes porque el acuerdo social promete que cuando les toque envejecer a ustedes, los jóvenes del futuro les cubrirán entonces”.

 

Cuando fue impuesto el modelo de capitalización individual (AFP) todo el mundo pasó a entender, debido a la naturaleza del sistema, que ese dinero ya no era solidario porque eso traía problemas… “Y mira ahora cómo tienes mayor seguridad sobre tu monto; míralo cómo crece, si crece; míralo cómo se devalúa, si se devalúa…” pero sólo míralo.

 

Sin embargo, este razonamiento de individualidad es el que lleva a un grupo a pensar: Ya que es mi dinero, que me han quitado... ¿por qué lo tiene que manejar otro? Yo tengo necesidades hoy, prefiero comer hoy... o quizás prefiero incluso invertir en esta u otra oportunidad tal vez mejor a mi juicio que las AFPs.

 

Para esto las AFPs se han quedado sin legitimidad, sin interlocutor válido y sin comunicación llana. No han encontrado forma de justificárselo a los que reclaman:

 

1)      Porque debido a sus ganancias exorbitantes en este período (gracias a la ley) sus razones parecen vincularse al negocio que han hecho. Incluso cuando el Estado es el mayor deudor del sistema (alrededor de un 80%), las AFPs son poderosas empresas cuyo manejo del 20% del dinero restante de los trabajadores puede hacer millonarias a otras empresas. Se les otorga una liquidez impresionante a esos directivos de AFPs para hacer negocios (cierto que con muy pocas empresas autorizadas por el Estado aún);

2)      Debido a que las pensiones que se proyectan son tan magras y el futuro del peso dominicano tan incierto, que quizás en el presente esos fondos valgan más que en el mañana cuando te lo repartan de a poquito;

3)      Problemas de empatía, porque nadie cree que a los representantes de las AFPs les importen realmente las pensiones o la vida de los cotizantes, sino sus negocios financieros en primer plano y en un segundo el origen de sus fondos. Esto se suma a la falta de compasión de sus defensores, quienes pensándose eruditos desdeñan los reclamos desesperados con tecnicismos.

 

En este sentido, hablarle a la gente de la imposibilidad procesal de cumplir, de exigirles un modelo para realizar la entrega o un plan de retorno, son errores que no empatizan con el fondo del asunto. Además que el sistema financiero en todo el mundo ha resultado bastante creativo cuando trata de beneficiarse, lo que nos deja dicho que el reclamo actual no sería para nada difícil de buscarle la vuelta.

 

Proyectar supuestos de catástrofes económicas al momento de devolver el dinero busca aterrorizar a los reclamantes. En este instante en que la economía ha dejado de mover millones de pesos en salarios, proyectar un desastre por el ingreso de esos fondos en sustitución de su salario, sin aún haberse determinado el cómo serían entregados es poco científico.

 

No obstante, el fondo del asunto es que el razonamiento de los aportantes es válido. Si se trata de promover el individualismo, de poner al individuo por encima de todo... entonces la conclusión lógica es que este individuo es un ser capaz de tomar sus decisiones según mejor le convenga.

 

En otros países se han establecido mecanismos para que el aportante tenga mayor control en cómo se colocan sus fondos. Sin embargo, un mayor control no invalida la exigencia de por qué este sistema no me permitiría salir y administrar mis fondos, sin forzarme al ahorro o a ver a otros hacer negocios con lo propio.

 

Es así como el discurso de estas empresas siempre será individual a medias y resultará distante y altanero, debido a que la conclusión es “Usted no sabe administrarse, de usted hacerlo lo perderá todo y se volverá una carga social... Y por cierto, su presente no nos interesa, es su futuro lo que importa aún si no llega a disfrutarlo.”

 

Finalmente, con esto no quiero decir que estoy a favor de la devolución del 30% ni de la continuidad del sistema actual. Creo en un sistema de reparto solidario, pero también creo que ante las actuales circunstancias resulta mezquino descartar los reclamos de los cotizantes como irracionales y los mismos deben ser ponderados.


La venganza del voto de papel

El voto de papel ha sido el gran triunfador de estas elecciones. La obstinación de instalar un voto electrónico, iniciativa de la cúpula de la Junta Central Electoral, que puso en duda desde un inicio la confidencialidad del voto, el proceso de instalación, de conteo y de transmisión ante posibles hackeos, probaron el pasado domingo lo innecesaria que resultó esa riesgosa y costosa aventura. 


Para ser confiable y transcurrir sin problemas mayores, bastó que el proceso de votación contara con la participación ciudadana, la confianza de los partidos, la vigilancia de organismos internacionales, la presión pública, el control de los recintos… Estableciendo entonces que los principales elementos a tener en cuenta para desarrollar unas elecciones transparentes dependen de la voluntad, el orden y la civilidad, no de la premura en dar los resultados ni del uso de la tecnología. 


A pesar de cualquier probable sana intención de los jueces de la JCE, su riesgosa apuesta electrónica del 15 de febrero, sea por sabotaje o incompetencia, le ha costado momentos de ansiedad al pueblo dominicano, por lo que el momento de “felicitar” esa gestión de la JCE aún no llega, si es que llegará.   


Si el 15 de febrero pasado hubiésemos celebrado elecciones de manera tradicional con el voto de papel, las elecciones no habrían sido suspendidas, los aspirantes a congresistas y gobernantes no hubiesen visto su periodo de campaña recortado, la tranquilidad política y económica no se hubiesen afectado, y más importante aún, los dominicanos nos hubiésemos evitado el riesgo y posible esparcimiento del virus COVID-19 en los centros electorales.


Todos los que fueron a votar arriesgando su salud ante un virus silencioso que crea pánico a nivel mundial, son los que merecen las felicitaciones. Todos los que decidieron sentarse horas muertas a recibir electores y manosear votos y cédulas también; todos los que protestaron y aún exigen respuestas de lo sucedido el 15F; todos los que de alguna manera confiaron en el proceso a pesar de los riesgos y de las malas decisiones… pueden sentirse vencedores de esta primera fase.


El voto de papel obtuvo su venganza y vindicación, lamentable que haya ocurrido después de tanto millones de dólares desperdiciados en la apuesta electrónica. El pasado domingo, el presidente de la JCE dijo que “La democracia ha sido salvada”, lo cual es cierto, pero me cuesta mucho felicitar a los mismos que la expusieron al riesgo. Los demócratas han sido los que pusieron el pellejo en las calles, en las mesas, en las juntas distritales y los que persistieron en motivar al pueblo.


Tuesday, February 25, 2020

Abran paréntesis, ha muerto Tony Fernández

Tony “Cabeza” Fernández murió. Lo recuerdo con especial atención porque de niño veía mucho béisbol, porque mi posición favorita era el campocorto, porque se sentía bien tener un dominicano con talento en Grandes Ligas y porque nada superaba que fuera un tocayo. 

Los Azulejos de Toronto colgaron el 16 de febrero un vídeo recordando el paso de más de una década de Fernández por ese equipo. “En memoria del número 1. Siempre en nuestros corazones”  rezaba el texto que lo acompañaba, y para bien de todos, el otro lado de las redes emergió, el que vale las penas y hasta tolerar insultos. Todos esos aparentes canadienses flemáticos mostraron su calor y tristeza al escribir admirando el talento y dedicación de Tony al juego, sin olvidar su calidad humana. Originalmente esta nota recogía algunas de mis impresiones, pero al ver el desborde de afecto por las redes, decidí elegir los mejores comentarios dados por los demás y compartirlos.

Por ejemplo el de Mike Gibbs, un fanático canadiense que escribió en las redes: "Tony Fernández lo era todo. Dios, cuanto lo amaba, ¿quién no? Flotaba en el aire no importa lo que hacía. Sentías cualquier emoción como él. Lo conocías mejor que nadie, así era que te hacía sentir incluso a través de la TV... Me oponía a verlo en la banca incluso cuando estaba en una mala racha. No era estratégico. Simplemente amabas al tipo demasiado, incluso cuando estaba molesto. Déjalo poncharse, volverá. Algún día, ya verás, pero Tony se queda en mi formación. Para siempre."

Otro fanático de Toronto Dave Bidini, recuerda que Tony solía comprar en un barrio llamado Little Portugal porque encontraba yuca y que se sabía "O Canadá" de oído. Cuenta Bidini que cuando Tony regresó a Toronto en 1993 y el equipo ganó el campeonato, su discurso de victoria fue "Los amo y los necesito". Y continuó diciendo "Cuando pienso en el amor al béisbol, pienso en él. Descansa en paz Tony. Fuiste un rayo de luz en un lugar frio". Lo mejor, Bidini admite que su jugador favorito era Jorge Bell, siquiera Tony.

Los comentarios mostraron el impacto que tuvo en el deporte y en la vida de aquellos que lo vieron jugar. Frank Cardamone escribió “Argumentaría que la mayoría de los hombres en sus 40s se enamoraron del béisbol por Tony Fernández. Yo soy uno de ellos.” Por su parte Jordan Mackinnon dice “Pensaba que no se podía llorar en el béisbol. Que jugador y que persona, hizo al campocorto lucir poético”.  

En una entrevista, Fernández contaba que él nunca pensó en el béisbol como una manera de ganar dinero, “solo quería ser como uno de esos jugadores que yo vi en San Pedro de Macorís, como Pepe Frías" y lo logró con creces. Para cientos de personas, Tony Fernández fue su Pepe Frías. Todos querían emularlo.

"Cuantas horas pasamos perfeccionando la mecánica de Fernández con los amigos de infancia en los campos de Toronto " cuenta en su podcast Ari Shapiro. “Él era el tipo que yo quería ser cuando jugaba” dice cryptodread en Instagram. Varios escribieron que “Todo el mundo gritaba “Fernández!” cuando hacían un gran tiro de niño”.

Sus compañeros por igual destacaron sus grandes dotes y sus valores, el pitcher David Wells dijo "Un sueño de cualquier pitcher tenerlo en el campocorto, uno de los mejores de todos los tiempos. Descansa en paz amigo". Todd Stottlemyre dijo que nunca lo olvidará: que influyó en su vida de una manera positiva ya que "el hacía a todos a su alrededor mejor persona".
Shawn Green lo definió como su mentor de bateo y de la vida, “nos referíamos a él como Yoda, el verdadero maestro…”. Vernon Wells agradeció haberlo conocido, dijo que personificaba la gentileza y la bondad, y concluyó que el "Cielo es donde pertenece".

Joey Votto, canadiense, actual primera base estelar de Cincinnati, se comportó como un fan más, ya que jugó el partido de la semana con una gorra en la que escribió sin importarle la caligrafía: "EPD Tony. Mi papá y yo te amábamos"

Finalmente cito al contemporáneo rival Ozzie Guillén quien escribió en su cuenta de twitter: “Se nos fue uno de los mejores peloteros de mi época, gracias por todo lo bueno hermano y a enseñarme a competir contra ti, que mejor que tu fueron pocos, descansa en paz, Dios te cuide, y de donde estés cuídame a mí y los míos. Fuiste un señor fuera y dentro de la raya de cal".

En tiempos convulsos, reconforta conocer el aprecio a un dominicano ejemplar, que se ganó su lugar en la historia a base de fe, talento y disciplina, y en los corazones con quien interactuó a base de nobleza y humildad.  

Ojalá que su dimensión, contribución y sobretodo su ejemplo le otorgue el nivel de reconocimiento que mereció en vida pero que nunca mendigó; ojalá sea tomado en cuenta para la dedicatoria del próximo torneo invernal dominicano; ojalá los Blue Jays también le retiren la camiseta número 1 con que jugaba, que esta semana se volvió un clamor popular en las redes, bien resumido en el tuit de un señor apellido North: “El más grande jugador, y ser humano en haberse puesto un uniforme de los azulejos. Nadie debería usar el #1 para este equipo nunca. Te amamos, Tony!”.

Por más efímera que sea la gloria del béisbol, incluso la de un hombre, por más limitada que sea la contribución humana en esta tierra, en especial la de un deportista… Si la misma existe,  Fernández parece por momentos haberla atrapado. Por fortuna para él, ahora descansa lejos de toda aquella gloria y cerca de la única que en realidad trasciende, aquella que él había decidido creer y predicar. 

En paz descanse Cabeza.

Las intervenciones telefónicas… y la democracia, si podemos mantenerla.

Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos. Edward R. Murrow
“Aquí hay 80 mil instituciones y personas que tienen de esos aparatos que usted le paga y no tiene que buscar autorización de juez… Hasta yo mismo lo he hecho, he mandado a intervenir teléfonos pagando. Es un negocio. Ustedes no son de Suiza, no se hagan tanta bulla”, dijo con desparpajo hace un mes el diputado Manuel Díaz, ante las preguntas de la prensa sobre la intervención telefónica a su colega y expresidente de la Cámara de Diputados, Rubén Maldonado.
En esos días circulaba un audio de una conversación de Maldonado, en la cual declaraba molesto que si se le reducía la empleomanía, prendería fuego al Congreso. Lo que me llevó a recordar unos años atrás cuando circuló otra intervención telefónica, en la que el Dirigente Político Guido Gómez Mazara decía a su interlocutor, en un tono desenfadado, que a Miguel Vargas había que “matarlo” por no apoyar a Hipólito, concluyendo con un comentario de “vamos a ganar sin él no te apures” como restándole importancia a todo.
En ambos casos, las noticias debieron relatar el contexto ilegal de la captura de llamadas como principalía, pero no, la gente que captó y filtró el material consiguió lo deseado. Sacar del contexto un comentario apasionado, que no presentaba riesgo real a nadie, con el objetivo de denigrar a su adversario.
 ¿Quién puede reclamar con orgullo y propiedad todas las declaraciones que ha hecho en su intimidad? ¿Cuántas veces no hemos ofrecido destruir el mundo, sin posibilidades ni consistencia, en un fugaz momento de rabia?  Si consiguieran sacarle a flote a la gente todo el lado oscuro que merodea su pensamiento y palabra ¿Quién quedaría puro e impune?
Hace unos años el comediante Bill Burr le decía a un entrevistador que si este último hacía público el 90% de sus “mensajes de textos y de teléfono y los pones en las noticias, se te acabarían los podios en los que tendría que ponerme de frente para disculparme”.
Por suerte, uno no es solo su lado oscuro, como tampoco es su intimidad ni los estados violentos que vienen y van. Uno no es nada más los pensamientos que se guarda, o las palabras que profesa ante un amigo o enemigo pero que se niega a hacerlas públicas ya que carecen de sentido para desconocidos.
Por eso también se protege la intimidad y la privacidad que se da en ese mar de contradicciones e ideas. Y si alguien viene y captura, pretendiendo reducirte a 5, 10 o 20 segundos de un exabrupto verbal nunca llegará a conocerte. Esta nota no se trata de defender a Maldonado o a Guido tanto como a la privacidad.
En el siglo XVIII, Jeremy Bentham elaboró una propuesta de cárcel en que la sensación de estar siendo vigilado desde una torre central (aún si no lo estaban) era suficiente para que los presidiarios actuaran disciplinados. 
¿Acaso no tenemos razones para sentirnos vigilados? El nivel de detalle con que el Procurador enfrentó a principios de año a la jueza Miriam German Brito revela el seguimiento ilegal que se le daba. La intervención de su teléfono y la autorización judicial “errónea” (porque era el número de “un narcotraficante”) resultó una prueba atroz, que abría la posibilidad para que cualquiera de nosotros nos sintiéramos espiados.
Estos tres casos son muestra suficiente para entender que se espía al poder legislativo, se espía al Poder Judicial, como también a los adversarios políticos sin orden judicial válida, ¿Qué será del ciudadano común? El Congreso no representa ningún freno al Poder Ejecutivo o a los agentes privados que comercian en este mercado, por lo que nos encontramos en manos de la moralidad y la ética de los funcionarios o “empresarios”, para los que  la tentación resulta demasiado grande. De nada parecen servir las leyes en un país donde se impone la arbitrariedad de los hombres.
En 1974, el Comité Church del Senado de EEUU presidido por Frank Church llevó a cabo investigaciones frente a los abusos de la CIA contra los ciudadanos en el marco de la guerra de Vietnam. El Comité evidenció que más de 300 mil ciudadanos norteamericanos que no tenían nada que ver con la inteligencia militar ni eran sospechosos, fueron espiados con la excusa bélica.
Hace pocos años, Edward Snowden, un funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), confirmaría como se espía y el nivel de libertad que tienen los organismos de seguridad de EEUU a cualquier ciudadano del mundo sin necesidad de autorización y en contra de su Constitución.
Herramientas tan poderosas no pueden ser confiadas libremente al gobierno, mucho menos a los particulares. Se encargarán de espiar a los críticos, a los enemigos políticos y hasta a los amigos y parejas… Dando paso a la extorsión, al sometimiento y al menoscabo de la democracia.
Dice Snowden en una entrevista reciente dada a Joe Rogan que a “estos tipos no les importa la ley, no les importa la Constitución, a estos tipos no les importa el pueblo americano… les importa la continuidad del gobierno, les importa el Estado.” Sigue diciendo que  “Muchos expertos en el tema conocen lo que sucede, pero si no las puedes probar, ¿Cómo sigues adelante?... Las circunstancias en las que probamos algo, más allá de una duda razonable, son tan pocas y raras que casi siempre viene de soplones internos...” Por fortuna, los errores a Guido, a Maldonado y a Miriam Germán, nos dieron evidencias sin necesidades de soplones de que esto pasaba.
Lamentable ha sido el rol de la secretaria jurídica del PRM en una rueda de prensa reciente. En ella hacía de público conocimiento que entregaba una lista de teléfonos de sus dirigentes al gobierno, para que los mismos no sean intervenidos. Esta actitud sumisa parece implorar al Poder Ejecutivo y el Judicial la no intervención de los teléfonos de sus dirigentes, pero abre las interrogantes ¿acaso no tenemos todos los habitantes de este país el mismo derecho? ¿Cómo hago para incluir mi número? ¿De qué nos sirve el compromiso de una Procuraduría que no  genera confianza? más aún, ¿De qué sirve que cumpla cabalmente cuando aún existe todo ese mercado privado del que habla el cínico Diputado Diez?
La actitud responsable pasa por un gran pacto nacional, en el que se comprometan todos los candidatos a desmantelar estas prácticas y las “80 mil instituciones y personas” que hacen de ella un negocio. Un gran pacto por la privacidad, que inicie por revisar todas las 17,637 intervenciones dadas judicialmente entre 2017 y 2018, solicitadas por el Procurador “que más escucha”. 
Dicen que una señora de apellido Powell al ver al filósofo Benjamin Franklin, a la salida de las deliberaciones secretas de la Convención Constitucional de 1787, le inquirió: “Bueno Doctor, que tenemos entonces – ¿Una República o una Monarquía?” – Sin dudar, Franklin le respondería “Una República, si puede mantenerla”.
Aquí también nos toca hoy defenderla.

¿Valiente como torero de El Seibo?

"Nunca sentí piedad por un torero, y hasta pensé a veces que era buena su muerte por el pobre toro traicionado" Juan Ramón Jiménez, poeta español. Premio Nobel 1958.

Toda mi vida respeté la tauromaquia y las corridas de toros. Quizás influenciado por Julio Iglesias, el Puma o Chayanne, lo entendía como una tradición española de intrepidez y coraje, de la cual había que priorizar su impacto cultural. Ese pensamiento me duró hasta el año pasado.

A distancia solo conocemos la valentía, las imágenes pausadas, los estribillos de las canciones, los reflejos y la elegancia del torero frente al peligro. El asestar de muerte a la bestia que va por él. El triunfo de la humanidad frente a lo animal. De la vida frente a la adversidad.

Todo hasta que lo vi. Pagué unos 15 euros junto a unos amigos por ir a la Plaza de Toros de Pamplona. A casa llena vi a la gente acudir alegres de blanco y rojo con sus destilados favoritos de acompañante. La vista de la Plaza era majestuosa desde cualquier rincón, sus colores y las energías preparaban al turista de forma positiva. Motivación no nos faltaba.

Después de ciertos rituales de presentación, en el que los participantes saludaban al palco de honor, al presidente y le daban una vuelta de reconocimiento a la plaza, comenzaba el "espectáculo".

La contienda se realizó en tres fases. En la primera fase intervino un torero a caballo bien protegido, cuyo objetivo fue picar al toro con una puya de acero sólo sobre la parte superior del cuello. Con esto le provocó heridas ligeras aunque sangrantes al toro, que hicieron que este agachase la cabeza y estuviese un poco desconcertado para lo que venía.

La segunda fase trató la entrada de varios toreros secundarios (o banderilleros), cuyo trabajo era introducir banderillas de colores sobre el lomo del toro. Estas banderillas  tienen en la punta un arpón de acero cortante y punzante. Estos toreros salieron por toda la circunferencia provocando al animal con sus mantas mientras le clavaban las banderillas, algunos se iban corriendo entre tanto otros volvían a distraer el animal con los pedazos de tela. Este ejercicio se repitió varias veces con los toreros secundarios. Así lo fueron debilitando, quedando cada vez más herido.

Es entonces cuando el toro pasó enfrentar a su gran adversario final. Hizo su entrada el Torero matador, el principal, elegante y dominante. Si los otros le corrieron al toro este no lo hizo. Se le acercó, lo tocó, se le puso de rodilla, ofreció más espectáculo, más riesgo, más burla ante el animal, que estaba también más debilitado. El enterrarle banderillas no cesó hasta que ya sin fuerzas el Matador le clavó el estoque final y lo mató.

Entre vítores y aplausos el toro caído fue entonces amarrado y arrastrado por toda la plaza y el torero celebrado. Constituyéndose este en uno de los espectáculos más vergonzosos y cobardes que he visto, ya que ni un retiro digno se le dio al animal.

En la cercanía lo que un día vi como elegancia me pareció maltrato y burla, lo que me lucía como valentía se reveló como temeridad y cobardía, mientras que la alegría que percibí del público ahora me lucía como un delirio primitivo de las masas.

Ni mis amigos y yo logramos controlar la cólera ese día, no pudiendo completar la agenda de la corrida. Desde ese día nos declaramos partidarios los tres de detener esa humillación desigual y sin propósito. Nuestra indignación nos hizo empatizar por el toro, en lo personal hasta pedí concentración para que el animal se llevara de una buena vez al bufón final que lo mataba sin sentido. En una casi lo logra.  

Tanto la reacción del público de celebrar ese abuso como la reacción nuestra a favorecer al toro, nos lleva a preguntarnos si realmente triunfaba la humanidad o lo animal. Nos lleva a interrogarnos ¿Qué es la cultura? y ¿cuál de sus acepciones tenemos el deber de promover? ¿Es esta cualquier tradición de un pueblo o se trata de algo más? Algo superior. Algo como un instrumento mediante el cual desarrollamos la inteligencia, los valores y el pensamiento complejo.

En estas semanas donde se hace público el anuncio por parte del Ministerio de Agricultura de utilizar fondos públicos para construir en el Seibo una Plaza de Toros en el país, he vuelto a pensar en esto gracias a uno de mis amigos que estuvo presente.

A pesar de que el recuento de nuestra experiencia no es el que sucede en las corridas de El Seibo, donde el toreo no implica matar al toro sino cansarlo, se hace válido reiterar lo inhumano que pueden resultar estas prácticas. Lo fácil que es transgredido los límites. Se hace válido también citarles que existe la ley núm. 248-12 que tiene como objetivo erradicar todo tipo de maltrato y actos crueles contra los animales que los martiricen o molesten. Dicha ley prohíbe y considera como crueldad en su art. 61 el “Maltratar a un animal de forma alevosa, por maldad, brutalidad, egoísmo y satisfacción”. Es entonces acaso algo más que una crueldad la corrida de toros?

De igual modo vale preguntarse, ¿Cuál es la necesidad de forzar una tradición menguada y a todas luces ilegal en el país con fondos públicos? ¿Qué buscamos con incentivar esta disciplina? ¿Qué tipo de cultura deseamos proponer? ¿Qué valores se desarrollarán con ella? La sociedad parece perdona todo en tanto entretenga y rinda beneficios económicos, pero nosotros tenemos la responsabilidad de fomentar aquello que enriquezca nuestro país y de rechazar lo que contamina.